El acusado de matar a su padre a puñaladas en octubre del 2019 en la capital almeriense ha reconocido hoy los hechos ante un jurado popular y la Fiscalía de Almería ha rebajado su petición de penas de 23 años de prisión a 13 y medio, adhiriéndose la defensa del investigado a la misma.
El fiscal Manuel Hermoso ha reducido su solicitud inicial de penas al aplicar la atenuante muy cualificada de confesión, lo que ha hecho que su petición de 21 años de cárcel por un delito de asesinato, en el que concurre la agravante de parentesco, se rebaje hasta los trece años, reclamando además la libertad vigilada durante otros siete años.
En lo que respecta al delito contra la salud pública que también se le imputa a J. M. P., el fiscal ha pasado de pedir dos años de cárcel a sólo seis meses, además del pago de una multa de 806 euros -inicialmente interesaba 2.000 euros-.
Hermoso ha valorado que la confesión del crimen se realizó de forma anterior a que el acusado supiera que la Policía iba a detenerlo, aportando detalles que sólo “la persona que estaba allí podía saber” y que la misma fue “útil” para la resolución del caso.
El letrado de J. M. P., Francisco Torres, se ha adherido a esta petición al entender que es un “castigo proporcional y ajustado a derecho”, tras lo que el magistrado Luis Miguel Columna ha informado al jurado conformado ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería de que mañana se le entregará el objeto de veredicto a las 10:00 horas.
La calificación del fiscal señala que el acusado J. M. P. se dirigió sobre la medianoche del 13 de octubre de dicho año a la casa de su padre, en la calle Alcor de Almería, llevando unos guantes de látex y un cuchillo de cocina de 15 centímetros, que portaba con intención de “causarle la muerte” a su progenitor.
Aprovechando que el padre veía la televisión, el presunto autor de los hechos se situó a su espalda y le propinó una primera puñalada en el tórax, a la altura del corazón, el agredido se levantó y recibió entonces otra puñalada, en el cuello, y cayó al suelo y recibió otras 25 puñaladas .
Por otro lado, a J. M. P. se le imputa un delito contra la salud pública, debido a que se dedicaba supuestamente al cultivo de marihuana para su venta, interviniéndose en su domicilio doce bolsas de plástico, seis envoltorios pequeños y botes de cristal conteniendo todos ellos 317,8 gramos de cannabis.
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