El cooperativismo le ha ganado el pulso al Covid-19. Las empresas de economía social han jugado un importantísimo papel durante el estado de alarma, porque han sido la columna vertebral del sostenimiento de sectores esenciales para la vida diaria, especialmente en el abastecimiento agroalimentario y la asistencia social.
El sector, que representa un 10% del PIB andaluz y cuenta con 5.341 empresas y más de 81.700 trabajadores, incluso ha sumado 62 nuevas cooperativas durante el confinamiento, 162 durante en el primer trimestre, muestra de una fortaleza que se basa en la implicación de los empleados y en la adaptación constante, la transformación tecnológica y a la búsqueda de nuevos clientes en cualquier lugar del mundo.
El ejemplo de mayor solidez en este sentido lo representan las 660 cooperativas agroalimentarias, que suponen el 22,4% del total nacional. Facturan el 38% de toda la facturación de cooperativas agroalimentarias de España, muy por delante de la Comunidad Valenciana, segunda, con un 9,5%. Con 285.700 socios, representan el 8% del PIB andaluz y el 10% del empleo, con una facturación de más de 9.400 millones de euros en 2018.
Alemania, con 1.811 millones; Francia, con 1.413 millones e Italia, con 1.261 millones, son los tres principales mercados del agro andaluz en el mundo. En el ámbito extracomunitario, Andalucía vendió alimentos y bebidas en 2019 por valor de 740 millones a EEUU y a China por 274.
Solo el sector de los frutos rojos moviliza alrededor de 125.000 trabajadores y alcanzó un récord de exportaciones en el primer trimestre del año con 475 millones de euros.
Dada la importancia de la economía social, Andalucía prepara medidas de apoyo y ha aprobado incentivos durante el estado de alarma. Por una parte, se han dispuesto recursos para la financiación de los gastos de funcionamiento, organización y gestión de las principales entidades asociativas del sector para mejorar el posicionamiento y representatividad, con un presupuesto para 2020 de 1,6 millones de euros. Por otro lado, se ha flexibilizado el Fondo de Formación y Sostenibilidad y, finalmente, se han elaborado nuevas ayudas directas dirigidas a sociedades cooperativas y laborales para profundizar en el acceso a la asistencia técnica que mejore y consolide estructuras de organización y gestión, para promover ampliación de los proyectos cooperativos y mejorar su competitividad, mejorar la competitividad y favorecer la transformación digital.
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