Curioso Empedernido

Apretados y desahogados

A veces más apretados y desahogados en el juego de papeles en los que vivimos demostramos nuestras escasas dotes interpretativas

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Hay muchas maneras de pasarse la existencia entre apretados y desahogados, sin mostrarnos ni oportunos ni útiles, y afanándonos  en tareas que no sirven absolutamente para nada.  Entre dormires y despertares, alterados y placidos, emprendemos aventuras que en ocasiones rozan la temeridad.

Haciendo encaje de bolillos de cuadraturas y curvaturas aparentemente imposibles, no nos damos cuenta de la admiración que provocamos guiados de las pequeñas grandezas y las grandes pequeñeces, que terminan mostrándonos todas las focalizaciones y panorámicas de la realidad.

Nuestras calles y plazas se convierten en un gran escenario en el que a saltos entre las apreturas y los desahogos, las tradiciones y las tecnologías, emocionándonos con nuestras raíces y costumbres, comprobando cómo nuestras plantas dan sus frutos y flores.

A veces más apretados y desahogados en el juego de papeles en los que vivimos demostramos nuestras escasas dotes interpretativas, y terminamos nuestros días, sin conocer el guión que se supone hemos  repetido una y otra vez, sin acabar de aprendérnoslo.

En la carrera por llegar a muchos sitios o a ninguna parte,arrancamos y paramos, nos insultan  y nos agasajan, e intentamos encontrar nuestras habilidades para las tareas artísticas y creativas, desde la cercana lejanía o la lejana cercanía.

Cuando escribimos vamos verbalizando, nuestras rigideces, tranquilidades y desasosiegos, intentamos encontrar nuestras autonomías y suficiencias, superando agitaciones y consiguiendo  calmas, potenciando nuestras cualidades y neutralizando nuestros defectos.

Ojo con quienes nos aprietan y no permiten que gocemos del relajo y el desahogo, de poner a funcionar nuestra imaginación y sentirnos felices. Seamos inflexibles en esas circunstancias y no dejemos que nadie estropee esos momentos.

Lo más importante es que estemos siempre dispuestos a dar la cara y no ser emisarios de los que llevan y traen chismes de un lugar a otro, que luchemos por mantener las ultimas risas y no ser provocadores de los primeros llantos, que no seamos excesivos ni impertinentes, no  solo se trata de asistir sino si es necesario resistir.

Debemos poner  el coraje necesario para buscar nuevas fórmulas e iniciativas para encontrar soluciones a los viejos problemas. Hay experiencias que nos dejan muy mal sabor de boca mientras que podemos encontrar lecturas que nos ofrezcan las claves para dar los pasos certeros.

Las cosas son de otra manera y nos ayudan a ver las situaciones con otra perspectiva, si lejos de empecinarnos, estamos dispuestos a salir de los circuitos habituales, más sueltos que atrapados, sin olvidar que desde el principio al final, nosotros somos los dueños de nuestras historias.

No es saludable que dejemos los problemas enquistarse, las situaciones no aclaradas dan lugar a dolores de cabeza posteriores, a confusiones y conflictos de los que cada vez nos costara más trabajo salir, y cada vez tendremos mucho por hacer y más por resolver.

Más cerca de lograr estabilidades y solideces, que dejarnos llevar en las corrientes de caos y desbordamientos de las opiniones, sin ser capaces de tomar decisiones.
                 

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