El debate andaluz ha pasado de elecciones “cuando toquen” a elecciones “cuanto antes”. Ha habido un tránsito entre “disponemos de estabilidad institucional y presupuestos aprobados” a la afirmación de la oposición con distintas expresiones: “La reforma de la financiación autonómica no era lo más importante para el Gobierno andaluz, era lo único”. La respuesta de la presidenta andaluza a los ataques entrelazados del conjunto de la oposición ha tenido dos líneas. La primera, que defenderá los intereses de Andalucía por encima de cualquier cosa y “esté quién esté” en La Moncloa. La segunda, que espera más simpatía y apoyo de Pedro Sánchez que de quién ha estado siete años en La Moncloa, por Mariano Rajoy, ninguneando o maltratando a Andalucía.
El PP está disfrutando, pero a deshora porque no está en el gobierno. Podemos recela y sigue su camino de buscar contradicciones. Izquierda Unida se frota las manos. Ciudadanos se declara ya en franca rebeldía hacia su socio de gobierno –PSOE- desde el inicio de la presente legislatura. El PSOE andaluz parece que se inclina por darle la voz a los ciudadanos y prepararse para hacer una campaña reforzada defendiendo los intereses generales de Andalucía, con el viento de cola de los réditos que está sacando el conjunto del partido socialista del cambio de ciclo político.
La izquierda expectante y desencantada está cambiando su posición. De la desgana y la tendencia a la abstención o al cinismo político está pasando a la militancia ilusionada en la creencia de que, en la Europa menguante, con líderes xenófobos y una socialdemocracia que no despegaba, otra alternativa en España es posible. Por eso la mirada a Portugal es trascendente en este momento. Las relaciones tanto de Pedro Sánchez como de Susana Díaz con Antonio Costa, primer ministro y líder socialista portugués, son excelentes.
El clima preelectoral se acentúa. El PP está de precampaña interna (todos dicen que se partieron la cara por el partido, pero sólo uno terminará sin la cara rota), Podemos e IU tienen la disputa de la confluencia sin desatascar aún y Ciudadanos siente que ha tenido el poder en la punta de sus manos (era irreal, porque su realidad era de 32 diputados y las encuestas no forman gobierno).Se verá si se cumple la predicción del PP sobre que la moción de censura ha acabado con la legislatura.
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