Acento andaluz

¡Porca miseria!

Hay ocasiones en las que cuesta no enfurecerse con comportamientos humanos miserables. Por mucho que intentas aplacar tu ira, logran sacar lo peor de ti

Publicado: 15/04/2018 ·
23:32
· Actualizado: 15/04/2018 · 23:32
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Autor

Fernando Pérez Monguió

Presentador de 'Acento Andaluz' en 7 Televisión y jefe de informativos de la Cadena SER Andalucía

Acento andaluz

Fernando Pérez Monguió analiza en este espacio la actualidad andaluza, con fibra progresista y corazón social

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Hay ocasiones en las que cuesta no enfurecerse con comportamientos humanos miserables. Por mucho que intentas aplacar tu ira, logran sacar lo peor de ti. Sin que sirva de precedente, permítanme que hoy vomite toda mi cólera para que el centrifugado de rabia interna que me provocan cuatro episodios repugnantes no me carcoma por dentro.

Empecemos por la vergonzosa tragedia migratoria de los refugiados y los inmigrantes ante la que dos países han reaccionado de la peor manera posible: criminalizando la labor humanitaria. No dejo de preguntarme cómo salvar vidas puede ser delito. Evitaron que decenas de niños, mujeres y hombres murieran ahogados en la Isla de Lesbos (Grecia) en su desesperaba huida de la guerra y la pobreza, y en unas semanas serán juzgados por tráfico ilegal de personas en grado de tentativa. Son los bomberos sevillanos Manuel Blanco, Julio Latorre y Quique Rodríguez, que se enfrentan en un juicio el 7 de mayo a una petición de 10 años de cárcel.

Ante esta misma tesitura se ve la activista española Helena Maleno, quien, lejos de amilanarse por el hostigamiento que sufre, denunció esta pasada semana que Marruecos minimizó una tragedia humanitaria a pocos metros de la costa de Tánger. En la patera naufragada viajaban al menos 46 personas, con lo que el profundo estómago del Estrecho no sólo se tragó la vida de 6 inmigrantes como informó la gendarmería marroquí.

De un distorsionado y machista análisis sobre el significado de salvar vidas trata el tercer motivo de mi enfado de esta semana, que protagoniza un hombre que ya despertó mi enojo en esta columna en ocasiones precedentes: el obispo de Córdoba, quien en su última homilía alaba a las jóvenes universitarias que deciden ser madres ante un embarazo imprevisto. A juicio del ínclito Demetrio Fernández, es loable que estas chicas, a las que no reconoce el derecho a decidir sobre su cuerpo, “no cedan a la presión homicida de la cultura de la muerte que impera”.

Y cierro mi lista de miserias humanas con el portavoz nacional del PP, Rafael Hernando, no por dudar del currículum de la presidenta de la Junta de Andalucía, sino por activar el ventilador y extender la sospecha de mala praxis académica de la Universidad Rey Juan Carlos por el caso del “máster fantasma” de Cristina Cifuentes a las universidades andaluzas al dejar caer la posibilidad de que le hayan regalado un máster a Susana Díaz. Máster, por cierto, que no aparece en ningún lugar de su CV.

Lo dicho, porca miseria, como también lo es que queden 625 días para que finalice el injusto peaje de la AP4. n

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