Una colilla arrojada cerca de la carretera se sitúa como principal causa del incendio que se desató el pasado viernes en el entorno de Cala Rajá, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería) y que acabó con unas 30 hectáreas de matorral y palmito en una zona de máxima protección de este enclave natural altamente frecuentado durante el verano por los bañistas.
Así lo ha indicado a Europa Press el delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Antonio Martínez, quien ha apuntado, no obstante, que aún se está a la espera del informe pericial de la brigada de investigación de incendios forestales (BIIF) del Infoca para confirmar este extremo, identificado a las pocas horas de que se iniciara el siniestro.
Martínez ha apuntado que el indicio "es claro" y que la investigación se mantiene abierta, por lo que no se descarta que pudieran darse identificaciones y detenciones al respecto por un presunto delito de incendio forestal.
El titular provincial de Medio Ambiente ha recordado que hasta el 15 de septiembre existe un alto riesgo de incendios, por lo que ha solicitado la colaboración ciudadana para tener el "máximo cuidado" y que "impere el sentido común" cuando se visitan espacios naturales, en los que las altas temperaturas y la sequía hacen que el riesgo de incendio sea elevado.
El delegado ha apuntado que las precauciones también han de tenerse en cuenta cuando se realizan trabajos agrícolas, sentido en que ha recordado que el pasado mes de mayo se produjo un incendio forestal que calcinó 11,3 hectáreas de un paraje rural de Lucainena de las Torres (Almería) mientras se llevaban a cabo tareas apícolas. "Todos tenemos que estar alerta y los ciudadanos son una parte importante del dispositivo", ha apostillado.
El representante de la Junta, que ha felicitado al Infoca por la labor realizada para impedir el avance de las llamas, ha añadido además que a la espera de un informe técnico que lo certifique, lo más previsible es que la Junta abogue por una regeneración natural de la zona, si bien se mantendrá un control durante las próximas semanas sobre el terreno de cara a comprobar qué especies son las que rebrotan de forma espontánea.