La UD Almería, que desde el minuto 63 jugó en inferioridad por la expulsión por doble amonestación de Marcelo Silva, no pudo aguantar el 2-1 y al final cedió el empate frente al Barcelona B, un rival que mostró muy buenas maneras y corroboró el hecho de estar entre los mejores de la categoría.
Con este resultado, el conjunto almeriense ha dado un paso atrás en su intento de auparse a la segunda plaza, que es su gran objetivo del ejercicio para retornar por la vía rápida a Primera División.
El filial azulgrana sorprendió en la primera parte al conjunto que entrena el pamplonés Javi Gracia con un juego rápido y con desparpajo que se tradujo en el primer tanto visitante, obra de Lobato a los trece minutos.
El conjunto andaluz tardó en encontrar soluciones a los problemas que le puso el conjunto barcelonés, en el que destacó la labor de Deulofeu, pero a la media hora de juego sí encontró la meta que defendió Masip y Jonathan logró el empate a uno.
A partir de ahí, la UD Almería progresó en su juego y ya encontró más soluciones frente al Barcelona B, aunque el partido llegó al descanso sin que se moviera más el marcador.
En la segunda parte, a los seis minutos de la reanudación, el brasileño Charles le dio la vuelta al resultado con el 2-1 y pareció que el Almería se hacía dueño de la situación.
No obstante, a los dieciocho minutos de la segunda parte, el colegiado Pino Zamorano le mostró la segunda tarjeta amarilla a Marcelo Silva, que ya había visto la primera en el minuto 39, y desde entonces el Almería jugó con inferioridad.
El filial azulgrana no quiso desaprovechar la oportunidad para empatar con mucho tiempo por delante y apretó ante la portería de Esteban, quien vio cómo sus compañeros se replegaban más de lo deseado ante el empuje del rival.
En el minuto 87, cuando los aficionados almerienses ya saboreaban la victoria de su equipo, llegó el 2-2 definitivo, en una jugada desafortunada en la que Verza quiso despejar un centro que entró desde la derecha pero con la mala fortuna de introducir con potencia el balón en su portería, sin que ya hubiera tiempo para más.