La Junta de Andalucía ha analizado un total de nueve ofertas para la redacción del proyecto de ampliación y mejorar de la desaladora de Almería a fin de elevar su capacidad de generar agua potable para el abastecimiento humano de la capital y los municipios de la comarca del Bajo Andarax hasta los 80.000 metros cúbicos diarios.
Conforme a los criterios de valoración empleados, la oferta presentada por la UTE formada por Aima Ing. S.L. y Profesional-Ecoagua Ingenieros, que valoró la actuación en unos 495.302 euros, ha sido la mejor valorada, según recoge el informe técnico de la Dirección General de Infraestructura del Agua consultado por Europa Press.
El proyecto, a redactar en un periodo de 18 meses una vez se otorguen los trabajos que se licitaron por 767.861,55 euros, deberá definir las obras necesarias para aumentar la capacidad de la desaladora con la incorporación de hasta cuatro bastidores, según recoge la memoria de la actuación.
Las estimaciones realizadas en base al incremento de población para los próximos años en Almería y el área metropolitana, así como a las demandas que se producen en verano, entre otros factores, señalan la necesidad de contar con una producción total de 24.500.000 metros cúbicos año --unos 70.000 metros cúbicos al día--, lo que haría preciso aumentar con tres bastidores la planta desaladora, que actualmente dispone de siete.
No obstante, la actuación deberá incluir un bastidor adicional "aprovechando la realización de las actuaciones y asegurar futuras demandas", de manera que la instalación pueda disponer en total de once bastidores con los que se llegaría a una producción total estima de 80.000 metros cúbicos al día.
En este sentido, la actuación deberá incluir los trabajos a realizar para la toma y bombeo necesario de agua de mar así como las obras asociadas para garantizar su distribución por los canales hasta el depósito de almacenamiento, así como todos los elementos necesarios para asegurar que el agua obtenida alcance el "la calidad exigida por la legislación vigente".
Además, se detallará el tratamiento de efluentes de la planta tras la ampliación, toda vez que será necesario diseñar una instalación energética fotovoltaica de autoconsumo con la que abaratar sus costes energéticos, de modo que la misma permitirá verter a la red eléctrica el excedente de energía.
El proyecto deberá contener además un estudio para la mejora de la eficiencia energética de los bastidores existentes, así como una revisión del sistema de control, supervisión y gestión de la planta tras la ampliación de la misma.
Crespo ha puesto en valor que "desde la Junta de Andalucía aportamos el terreno y elevamos el proyecto también para la nueva desaladora de Almería". "Todas las fuentes hídricas son necesarias, no podemos desdeñar ninguna, mucho menos por ideología", ha añadido al respecto.
Fue en el año 2005 cuando se finalizó la construcción de la planta desaladora de Almería, que entró en funcionamiento de forma regular dos años después. Desde tal fecha y hasta, al menos, abril del pasado año la planta extraía aproximadamente 4.000 metros cúbicos de agua a la hora, con bombeo nocturno de lunes a viernes y los fines de semana de forma continua.
La planta desaladora, con 19 sondeos disponibles, tiene una capacidad nominal de producción de 17,55 hectómetros cúbicos al año, si bien el incremento del consumo registrado en la última década señala que para poder cubrir las puntas que se producen principalmente en los meses de verano, sería necesario el incremento de la producción anual de agua desalada.
La adecuación de la desaladora para el abastecimiento humano de Almería y el Bajo Andarax es una de las obras incluidas como de interés de la comunidad autónoma en el segundo decreto de sequía aprobado por el Gobierno andaluz, en este caso, en 2022, con el que se anunció una movilización de recursos de 141,5 millones de euros.
En este sentido, se ha tenido en cuenta la situación de sequía en las cuencas hidrográficas intracomunitarias y la "creciente preocupación de la ciudadanía" ante la falta de recursos hídricos, lo que hace necesario "incrementar la disponibilidad" de los mismos.
Con ello, las instalaciones de desalinización de agua de mar se configuran como infraestructuras hidráulicas "estratégicas" para conseguir agua potable con la que abastecer a las poblaciones y responder a las demandas de los usos agrarios, turísticos e industriales.