El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha obtenido el Informe de Impacto Ambiental favorable para la primera fase de obras destinada a mejorar los sistemas de protección contra desprendimientos en la carretera de El Cañarete, la vía de costa que comunica Almería con el núcleo de Aguadulce en Roquetas de Mar.
En concreto, el informe avala las actuaciones a realizar entre los kilómetros 431,820 al 438,200, esto es, el tramo que abarca el acceso al Puerto Deportivo de Aguadulce hasta el túnel de Bayyana a su paso por los términos municipales de Énix y Almería.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) recoge la declaración emitida por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en calidad de órgano ambiental competente en la tramitación ambiental del proyecto, sentido en el que se pronuncia además sobre los impactos asociados al proyecto y los efectos sobre los factores ambientales derivados de su vulnerabilidad. Asimismo, incluye el proceso de participación pública y consultas.
El análisis ambiental realizado ha sido una evaluación de impacto ambiental simplificada, según ha indicado Transportes en una nota. Se concluye que no es necesario someter al procedimiento de impacto ambiental ordinario del proyecto, ya que no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente, si se cumplen las medidas y prescripciones establecidas en el documento ambiental y en esta resolución.
El tramo discurre por la línea de costa, al pie de un acantilado rocoso de elevada altura y pendiente, correspondiente al contacto abrupto de la Sierra de Gádor, que forma parte del complejo alpujárride y, concretamente, a la Unidad de Lújar.
La carretera discurre a media ladera, con taludes y escarpes rocosos de grandes dimensiones, de más de 70 metros en algunos puntos, donde se producen procesos de inestabilidad correspondientes a desprendimientos de bloques rocosos.
Los taludes disponen en su mayoría de medidas de protección contra desprendimientos. Sin embargo, en alguna de las zonas, requieren mejorar su capacidad para retener los desprendimientos de rocas cuando estos tienen cierta magnitud, lo que puede representar inconvenientes para la circulación y propiciar cortes de tráfico.
El proyecto tiene por objeto definir las soluciones geotécnicas necesarias para mejorar los sistemas de protección existentes en el citado tramo, que permitan controlar los procesos de inestabilidad que existen en los taludes que se han clasificado como de riesgo alto de desprendimiento.
El análisis planteaba dos alternativas, si bien fue seleccionada la segunda. Así, tras la realización de estudios de campo de detalle, se plantean medidas de protección y sostenimientos que prevén el retaluzado de zonas localizadas salientes o en voladizo, gunita, mallazo y bulones en zonas más fácilmente alterables; drenaje de estas zonas mediante mechinales y ampliación de los tramos en los que se contempla barrera dinámica y se amplía la longitud de red de cables.
Esta alternativa se presenta como la más adecuada técnicamente, por ser la que mejor se ajusta a las soluciones de sostén necesarias para minimizar los riesgos de desprendimiento y que se produzca una mayor alteración ambiental y paisajística del entorno.
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