Almería

Dos estudiantes de Enfermería de Almería salvan la vida a una joven en el British Museum

Una chica de 18 años había caído al suelo desfallecida y permanecía inconsciente. Le realizaron maniobras para que volviera a respirar

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  • Vista del salón principal del Museo Británico. -

Antonio Díaz y Sandra Aliaga, estudiantes de cuarto curso de Enfermería en la Universidad de Almería (UAL), han salvado la vida a una joven de 18 años que había caído al suelo desfallecida y permanecía inconsciente en el British Museum de Londres, gracias a las maniobras que realizaron para que volviese a respirar de forma correcta.

Según ha informado este miércoles la Universidad, el pasado 14 de febrero estos dos estudiantes iban a marcharse a comer tras visitar las galerías del museo cuando se encontraron a una joven tendida junto a la tienda de recuerdos, un espacio muy concurrido, y nadie la atendía.

Así lo recuerda Antonio, el primero en tirarse al suelo a auxiliar a la chica, que apunta que en el lugar no había ningún sanitario.

“Preguntamos si necesitaban ayuda, nos dijeron que no, pero al identificarnos como enfermeros nos dejaron actuar”, rememora. “Comprobé que no respiraba, pero sí tenía pulso; la estaban desnudando para aplicarle el DEA y los paré por dos motivos, porque era una chica musulmana, solicitando que pusieran un biombo para preservar su intimidad, y porque no era necesaria la descarga”, añade.

Explica que la pusieron boa arriba, le hicieron la ‘maniobra frente-mentón’ y al colocarle bien la cabeza, la chica inspiró por fin y comenzó a tener una respiración "correcta, muy flojita, pero correcta”.

Lo siguiente fue ponerla de nuevo en la posición lateral de seguridad, seguir comprobando periódicamente las constantes, de la manera más básica por la falta de instrumental, para que no las perdiera, e intentar averiguar por qué había ocurrido ese desfallecimiento, cuenan los dos estudiantes..

“Algunas personas pidieron que le hiciésemos la RCP para grabarlo en móvil”, pero no lo hicieron porque no era necesario. Así, aguantaron unos 50 minutos, el tiempo que tardó en llegar una ambulancia.

“Vino solo un paramédico, figura intermedia allí entre el enfermero y el médico, y realmente lo que hizo fue una toma de constantes y le puso un suero y unas gafas nasales”, relatan.

La clave para salvar esta vida estuvo sencillamente en la maniobra de abrirle la vía aérea, “porque realmente iba a morir asfixiada”, ha precisado Sandra. 

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