La dirección del Aeropuerto de Almería, a través de Aena, ha adjudicado el servicio para garantizar la seguridad de las operaciones aéreas minimizando la presencia de fauna que pueda afectar a las aeronaves que operan en este aeropuerto a la empresa Sociedad Andaluza de Control de Fauna por un importe de 67.760 euros; única empresa que ha concurrido al concurso.
El contrato, a desarrollar durante los próximos ocho meses, implica la observación, control, expulsión o incluso captura de animales silvestre como aves, liebres, conejos, jabalíes y zorros del recinto aeroportuario así como otras especies doméstica o asilvestrada.
El servicio incluye el registro documentado de las medidas llevadas a cabo, la evaluación y el seguimiento de su eficacia, así como el diseño, propuesta e implementación de las mejoras necesarias, según recoge el expediente, consultado por Europa Press. Dentro de las actividades incluidas en el servicio se incluye la recogida de restos animales, la custodia hasta su identificación y la eliminación conforme a normativa.
La prestación del servicio, con el que se busca primar la seguridad aérea, precisa autorización para el trampeo, permisos de armas, de caza, así como para vuelos de cetrería para captura, ya que para ello se emplean halcones entrenados para el marcaje por altanería de otras especies con el fin de despejar el espacio aéreo.
En este sentido, el propio aeropuerto cederá el espacio para la halconera donde alojar a los animales que se encarguen de realizar recorridos con los que abarcar la mayor superficie posible en un tiempo de vuelo mínimo de 20 minutos, el cual se prolongará todo lo posible.
En concreto, se necesitan al menos seis aves de presa, otras dos aves de bajo vuelo como azores o harris y también un perro adiestrado para ahuyentar aves, así como para la búsqueda de restos de fauna terrestre.
Desde la dirección del aeródromo se apunta que se podrán llevar a cabo vuelos de caza y expulsión de aves que sobrevuelen o pretendan establecerse en zonas que puedan suponer un riesgo para el tráfico aéreo, de modo que aunque "ocasionalmente" se pueda dar caza a los ejemplares detectados, se especifica que "ese no es el objetivo de la actividad" y por ello habrá que prestar "especial atención a que esto no ocurra con especies protegidas, ni fuera del ámbito de los permisos que explícitamente tenga concedidos el aeropuerto".
En el caso de los perros, se usarán para la detección y expulsión de aves y otra fauna de hábitos terrestres, con lo que "puntualmente" también podrán utilizarse ahuyentar gaviotas o palomas. En relación a los mamíferos, la empresa deberá revisar el vallado y acceso a los campos de vuelo para evitar que penetren en el mismo jabalíes o perros, entre otros.
La prestación de este servicio se realizará con la "mínima afección al medio ambiente", por lo que prevalecerán las actuaciones no lesivas tanto para la fauna como para la flora. En este sentido, se primarán los medios acústicos como pirotecnia o ahuyentadores sonoros de fogueo, además de la cetrería, por lo que solamente "como último recurso" se utilizará munición de caza.
El servicio tendrá una prestación diaria, incluyendo domingos y festivos, en un horario que abarque desde orto hasta ocaso, si bien además se prestarán dos horas nocturnas adicionales cada mes además de posibles servicios extraordinarios.