Ubicada en la ‘Mina Rica’ junto a la barriada de Pilar de Jaravía en la Sierra del Aguilón, la Geoda de Pulpí (Almería) sigue siendo el “espectacular” reclamo turístico de este municipio almeriense, sin perder ninguno de los valores que la han llevado a ser declarada Monumento Natural de Andalucía, a pesar de los vándalos.
Y es que en Nochevieja un hombre y una mujer decidieron entrar en el año nuevo en esta geoda gigante de unos ocho metros de longitud por dos metros de altura, provocando daños por los que han sido detenidos por la Guardia Civil, aunque afortunadamente las características de los mismos hacen que sean inapreciables para los visitantes.
Mario Barrera es uno de los turistas que este martes recorría la ‘Mina Rica’ y confirma este extremo a EFE: “No se nota en absoluto. Me he asomado y si no me dicen que se han colado unos vándalos, no me doy cuenta. Está todo bien cuidado, perfecto. Es alucinante. Lo aconsejo al cien por cien. Es una experiencia para toda la vida”, dice.
“La verdad es que ha sido una experiencia increíble. No esperaba que me fuera a impactar tanto. Cuando he entrado en los túneles, me ha gustado mucho, pero cuando he llegado a la parte de la Geoda y he entrado… Soy difícil de impresionar y la verdad es que me ha impresionado mucho. De diez, diez”, afirma.
Una opinión que comparte una de sus acompañantes en este grupo de visitantes, Lola Ferrín, quien mantiene que la mina en sí es “espectacular”. “Cuando te van explicando, si no tienes ni idea de cómo se trabajaba, la forma de trabajar… Impacta todavía más. Te pones en la piel de esa gente, en las condiciones que trabajaban y da mucho que pensar”, añade.
“Teníamos pensado venir desde hace tiempo. Al leer lo que había pasado, veníamos preparados. Es mucho más lo que lees en prensa que lo que ves. Si nadie te dice nada, no notas nada. Había leído que había daños irreparables… Entiendo que el acto vandálico es deplorable, pero a la hora de verla ni te enteras. Es espectacular”, incide.
Mila Carretero, la geóloga que coordina las visitas, insiste a EFE: “La Geoda se encuentra en perfecto estado”. Explica que es cierto que dos personas accedieron el 31 de diciembre con botas y arneses al interior de este monumento natural, por lo que “arañaron la superficie de los cristales” en la parte más profunda, aunque “no se aprecia” a simple vista.
Apunta que la Universidad de Almería lleva a cabo un control de datos que permitió detectar “picos de dióxido de carbono y temperaturas” que fueron los que hicieron revisar las cámaras de seguridad, en las que se podía ver la “intrusión”. “La Geoda se limpia cada cierto tiempo y al hacerlo es cuando se ven esos arañazos”, apostilla.
Con todo, subraya que mantiene todos sus valores y que estos “arañazos no van a minimizar” su valor, resaltando que es la más grande del mundo, puesto que a pesar de la habitual “confusión” con la que se encuentra en el estado mexicano de Chihuahua, que tiene los cristales de mayor envergadura descubiertos, la de Pulpí es la única que responde plenamente a la definición de geoda.
El concejal de Turismo y teniente de alcalde de Pulpí, Juan Bautista López, recalca que la UAL monitoriza “continuamente” la Geoda, y que las alteraciones de esa madrugada permitieron detectar la profanación, señalando que ahora se han aumentado las medidas de seguridad.
“Ya estaba previsto hacerlo con otro tipo de sensores a lo largo de la mina y en algunas entradas. La entrada, de hecho, la hicieron con mucha temeridad, jugaron incluso con su vida. Se tiraron bastantes metros por un pozo (…) Contábamos con poner más sensores, alarmas y a primero de enero se pusieron”, afirma.
Considera que fue esta pareja la que se delató a sí misma al colgar su supuesta hazaña en redes sociales, incidiendo en este allanamiento a un Monumento Natural -aunque en ese momento no contaba con esa declaración oficial-.
“El daño, realmente, ha sido mínimo, no ha sido tanto como podía haber sido, a simple vista no se aprecia. Pero ese allanamiento y ese delito está en manos de la justicia y esperamos que se tomen cartas en el asunto y sea ejemplarizante”, ha añadido.
De hecho, Carretero y López se remiten a una publicación realizada por el profesor de investigación del CSIC, Juan Manuel García Ruiz, en la que éste explica que “los daños detectados no afectan a la belleza de la geoda, pero si a la superficie de los cristales".
"Los cristales de yeso tienen una dureza muy baja. La escala de dureza, la escala de Mohs, va entre 1 para el talco y 10 para el diamante. Los cristales de yeso tienen una dureza 2. Esa dureza es específicamente una dureza al rayado. De hecho, los cristales de yeso se rayan con la uña, imaginense con unas botas de escalada”, dice este investigador.
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