Afortunadamente este 11 de septiembre no ha pasado nada extraordinariamente lamentable como otros 11 de septiembre. El más reciente y más conmovedor en términos de tragedia fue el del atentado de las Torres Gemelas. Con casi 3000 víctimas y su repercusión internacional superó todos los atentados anteriores y –es de desear- que también futuros. Otro 11-S Augusto Pinochet dio un golpe de Estado contra Salvador Allende y la dictadura se alargó durante casi dos décadas hasta la restauración de la democracia. En Cataluña el 11 es el de una Diada usurpada a los no nacionalistas desde que los partidos autonomistas se pasaron al independentismo.
El pleno del Congreso de ayer no llevó sangre al rio de la política. Las cartas de la situación política española se pusieron al fin sobre la mesa. El doble pleno sobre los Consejos Europeos y de control del gobierno han dejado en evidencia las posturas definitivas de los partidos sobre la posibilidad de un gobierno inmediato en España o la repetición electoral que se avecina casi irremediablemente.
La derecha, la ultraderecha y el antiguo partido de centro liberal se quitan de en medio y sostienen que la gobernabilidad no es de su responsabilidad. PP, Vox y Ciudadanos actúan como si estuvieran fuera del arco parlamentario. Saben que su “España Suma” no tiene números para impulsar, ni de lejos, una alternativa de gobierno pero se colocan en una oposición cerrada y hablando de ETA, el 155, los indultos y Venezuela, como ha achacado el presidente del gobierno fundamentalmente al líder de Ciudadanos, contra el que se ha empleado a fondo y ha llamado finalmente hipócrita. Nada pues a estribor.
A babor, las cosas no están mejor. El entendimiento entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez ahora es nulo. Las posiciones se mantienen inalterables. Demanda de un gobierno de coalición y gobierno en solitario, con un acuerdo programático y mecanismos de control. Cada vez queda más patente que la oportunidad del 25 de julio -día de la votación de la investidura fallida- fue el punto de inflexión en la relación entre Unidas Podemos y PSOE. Carolina Bescansa, fundadora de Podemos depurada por Iglesias –como Errejón- escribió ese día: “El poder que otorgamos las personas con nuestro voto es un poder para construir, no para bloquear ni para mentir. Este país necesita un gobierno”. Y citaba a Ferlosio: “Vendrán más años malos y nos harán más ciegos”.
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