Alejandro Moyano Molina ocupa el número 22 en la candidatura del Partido Socialista para las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 9 de junio. También es el único candidato, entre las diferentes formaciones políticas, que tiene un vínculo con Alcalá la Real, ya que su pareja es santanera. Moyano ha visitado este lunes nuestra localidad, y lo hemos entrevistado para Alcalá la Real Información.
Es usted el único candidato con cierto vínculo con Alcalá, entre los que concurren por las distintas formaciones a las próximas elecciones europeas. El ciudadano de a pie puede pensar que el Parlamento Europeo y la propia Unión Europea, es una estructura tan mastodóntica que los votos de los ciudadanos se diluyen en esa inmensa amalgama. ¿Cómo se defienden los intereses de Alcalá en un organismo tan complejo? Lo primero que hay que decir y que deben saber los vecinos y vecinas, es que las elecciones europeas son los comicios en los que más cuenta cada voto. ¿Por qué? Pues porque cada país, y en este caso España, funciona como una circunscripción única, en la que el voto de un ciudadano de Alcalá vale lo mismo que el de uno de Santiago de Compostela, cosa que no sucede, por ejemplo, en unas elecciones generales. Por tanto, el voto de un vecino de Alcalá tiene el mismo peso para decidir el cómputo por el que se repartirán los 61 diputados que le corresponden a España de los 720 que integran el Parlamento Europeo. Es cierto que la Unión Europea es un organismo mastodóntico, pero también es cierto que el 60% de lo que allí se decide tiene luego su traslado a los parlamentos autonómicos y al Congreso de los Diputados. Por tanto, la mayoría de las leyes que se aprueban son trasposiciones de directivas que se aprueban en Europa. Es una institución que cuenta con muchísimos recursos para dedicarlos a los problemas de los europeos, y el PSOE está integrado dentro del grupo de los Socialistas y Demócratas Europeos, que es el segundo más grande de la Eurocámara, y eso hace que tengamos muchísima incidencia, puesto que, además, dentro de ese grupo, España aporta el grupo mayoritario. Es decir, lo que los eurodiputados socialistas españoles proponemos se estudia y se trabaja, porque somos los que más influimos dentro de dicho grupo europeo. Por ejemplo, todos los problemas en agricultura, en la PAC, se trabajan a través de comisiones en el Parlamento Europeo. Por otro lado, lo más probable es que, a partir del próximo 9 de junio, sea el europarlamentario que conozca más de cerca la realidad de los problemas de Alcalá la Real, llevando por tanto a dichas comisiones las peticiones para solventar los problemas que aquí se tienen. Puede parecer muy complejo, pero no lo es tanto. Puede resumirse en: si conoces los problemas, puedes trabajarlos y llevarlos al Parlamento Europeo. Por supuesto, no es el chocolate del loro, y no se conseguirá todo, pero, a buen seguro que, de lo que se presente, buena parte va a venir de las necesidades de los vecinos de Alcalá, puesto que en mi va también esa responsabilidad.
Parece como si estas elecciones europeas se estuvieran planteando de una forma distinta desde España y desde el resto de Europa. Mientras que en Europa, esta cita del 9-J se plantea mayoritariamente como el reto de dar respuesta al avance de la ultraderecha, en España, por el contrario, parecen un episodio más de la tradicional confrontación de los grandes partidos, PP y PSOE. ¿Podría considerarse un error de concepto? Creo que sí. Estamos hablando de unas elecciones europeas en las que Pedro Sánchez no se presenta. Nuestra cabeza de lista es Teresa Ribera, por cierto una eminencia en Europa, que además ha llevado a cabo políticas muy importantes para Andalucía. Sin embargo, se está intentando hacer un debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, y este no es el marco conceptual. Estas elecciones van de si queremos una Europa en la que haya partidos políticos que intentan reventarla, como Meloni en Italia, Orban en Hungría o Feijóo y Abascal en España, y los uno a los porque Feijóo ya ha dicho que hay una ultraderecha buena y una ultraderecha mala, pero para mí todas las ultraderechas son malas, todas las que hagan que las libertades de los españolas se vean coartadas. En definitiva, un modelo de euroescepticismo, es decir, no a la Unión Europea. A mí me hace mucha gracia que el PP vaya de la mano de Vox, que va de la mano de Marine Le Pen en Francia, una señora que pide que no entren productos agrícolas españoles en Francia. No se puede ser patriota e ir de la mano de esto. Este es el patriotismo de pacotilla. Y la ultraderecha está creciendo y esto es una realidad. Y está creciendo porque hay partidos dentro del Partido Popular Europeo, como es el PP español, que le ha abierto la puerta en todas las instituciones donde ha podido. Frente a esto, somos europeístas, gracias a la Unión Europea tenemos muchas soluciones a problemas muy complejos y creo verdaderamente que si no nos tomamos estas elecciones en serio, puede que entre con mucha fuerza la ultraderecha en el Parlamento Europeo, y esto va a repercutir muy negativamente en nuestro campo, en el turismo, en el empleo. Los españoles pagaremos los platos rotos de ese crecimiento de la ultraderecha.
En Alcalá estamos viendo una campaña de perfil muy bajo, y aunque esto no sea una novedad en las elecciones europeas, si destaca quizá sobre anteriores citas. ¿Puede darse una abstención histórica el próximo 9 de junio? Los últimos datos apuntan a que puede haber una participación mayor de la esperada, pero aún así es posible que la participación sea baja. Ese es el gran riesgo. Si nosotros no decidimos, otros decidirán por nosotros. Y vale lo mismo el voto de una persona de Alcalá que se dedica al campo, que el de un gran empresario que vive en Madrid. Eso es lo que nos tiene que convencer de que tenemos que participar el próximo 9 de junio. Me estoy encontrando mucha actividad en las agrupaciones locales de toda España y creo que, hasta el momento, soy el único candidato que ha venido a Alcalá, y esto da una medida de la importancia que desde el Partido Socialista le damos a nuestro municipio.