Ribera Baja cuenta con un alojamiento turístico que, pese a contar apenas con una década de vida, tiene una interesante trayectoria. Propiedad de la periodista y escritora madrileña Nieves Concostrina y su marido, Jesús Pozo, ambos lo crearon como un proyecto no solo turístico, sino fundamentalmente cultural, pero también con una vertiente solidaria. Entrevistamos a Nieves Concostrina para conocer la historia de este lugar tan especial.
¿Cómo y cuándo descubres Alcalá la Real y Ribera Baja? Descubrí primero Frailes por una invitación de Michael Jacobs, al que conocía desde 2009 o 2010, cuando colaborábamos en el mismo programa de radio los fines de semana en RNE. Me invitó a participar en la primera jornada literaria que organizó él en el Cinema España. No había sitio para dormir en Frailes y nos alojamos en casa de Elisabeth Wagner, en la Ribera Baja. Y ella es la que nos enseñó este sitio tan bonito y tan tranquilo. Luego entramos en la asociación Maelse y de ahí, hasta ahora.
¿Cómo surge la idea de crear El Asno Azul? El Asno Azul es la segunda parte de un proyecto que comienza en la Gran Vía de Madrid con Michael Jacobs convenciéndonos de que colaboremos con él en la organización de las jornadas literarias de Maelse. Y mi marido, Jesús Pozo, que es un ‘inconsciente’ y muere por el campo, le dijo que con nuestra Fundación Inquietarte estaríamos a su lado. Y así fue. La idea era que Frailes fuera un lugar de reflexión y difusión cultural y literaria. Y así fue con él y, después de su muerte, durante varios años más. Hasta la pandemia que, como muchas otras cosas, todo lo paró.
Adquirimos una casa en 2013 para que la fundación tuviera una sede y se fue liando el ovillo, luego reconstruimos otras dos viviendas que estaban en muy malas condiciones y fuimos trabajando con nuestra fundación. El nombre lo pusieron entre Jesús, mi marido, y Elisabeth. Decidieron que el azul es el color de la poesía y el asno uno de los animales más inteligentes.
¿Qué destacarías de El Asno Azul? El Asno Azul es, además de una vivienda rural distribuida en dos casas independientes, creo que acogedora y con todos sus servicios. Además, cuenta con el sello Sicted de turismo de calidad, y ha sido el lugar que nos ha permitido traer personas muy interesantes de la cultura nacional e internacional a la Sierra Sur. También ha sido muy importante su función solidaria acogiendo mujeres maltratadas sin recursos que ya habían salido del maltrato para que tuvieran vacaciones pagadas solas o con sus hijos. También montamos una biblioteca con los libros que nos donó nuestro amigo José María Iñigo que, desgraciadamente, no ha sido útil a la comarca. Hemos hecho varias exposiciones de pintura y fotografía, hemos acogido gratuitamente a artistas y escritores, hemos realizado dos ediciones de un concurso de ajedrez, hemos alojado a los ganadores de la beca Michael Jacobs de la Fundación García Márquez. En fin, creo que el Asno Azul ha sido un intento de dinamizar social y culturalmente la comarca. Ahora, fundamentalmente es un negocio turístico con el que financiamos la Fundación Inquietarte.
¿Qué te atrae más de esta zona? De la zona me atrae el silencio y la tranquilidad. La Fortaleza de la Mota me impresiona y la he visitado varias veces. Y la comida. Me gusta mucho comer y, por ejemplo, aquí los quesos, el aceite, las verduras y el cordero son espectaculares. De Frailes me gusta mucho la cantidad de fuentes que tiene; y que debe ser uno de los pocos pueblos de España en los que su iglesia no está en un lugar principal del pueblo.
¿Cómo ha sido tu experiencia en las jornadas literarias dedicadas a Michael Jacobs en Frailes? Como te puedes imaginar, he aprendido de mucha gente. Me he divertido y he disfrutado una barbaridad.
¿Para cuándo tu próxima visita a Alcalá? Ni idea. Tengo un año repleto de trabajo con viajes y visitas a decenas de ciudades y pueblos de España para seguir hablando de mis libros y con mi trabajo en “La Ventana” de la Cadena SER.