Tal vez un centenar escaso de personas se arremolinaba en torno a la iglesia de las Angustias. La misa, que ha contado con la actuación del Grupo de Pulso y Púa de la Asociación de Antiguos Alumnos de SAFA, se ha alargado, y el reloj se acercaba a la una de la tarde cuando se iniciaba la procesión. No había prisa, dado que el recorrido de la procesión del patrón sería breve y a buen paso, rodada, como quien dice, después de que se optara por esta solución ante la carestía crónica de voluntarios que portaran la imagen del santo de Cañas.
La procesión del patrón, desde su recuperación a finales del pasado siglo, no se ha caracterizado nunca por tener un carácter multitudinario, aunque parece que año a año la congregación de alcalaínos que deciden asistir a la misma merma de una manera poco menos que alarmante, hasta el punto de que la comitiva, pese a su discreto itinerario, camina sola con frecuencia. Como señala el nuevo párroco, Juan Ramón Gómez, “se trata de una fiesta sencilla y discreta, al mismo tiempo que solemne y veraz”.
El colofón, como viene siendo tradición, lo ha puesto la celebración del “Día de la Parroquia”, acto de convivencia en el local de la Cofradía de Las Angustias, en la calle Caridad. Una ocasión, como también ha apuntado el capellán del grupo parroquial, para “resaltar el valor de la comunidad parroquial, que como una familia vive, celebra y comparte la fe”.