En pocas ocasiones dar las gracias es algo más que una fórmula de cortesía. Con David Palomar es mucho, muchísimo más, por su canción ‘Tiento y Sangro’, un superlativo himno de denuncia contra la lacra de la violencia machista que debería recoger, a mi juicio, el testigo del impacto y el despertar de conciencias que causaron otros temas que conmovieron a la opinión pública nacional, andaluza y gaditana como ‘Malo’ de Bebe, ‘María se bebe las calles’ de Pasión Vega o el pasodoble ‘Con permiso, buenas tardes’ de la comparsa Los Piratas del reconocido autor carnavalesco Antonio Martínez Ares. El quejío desgarrador de Palomar te atrapa y te sumerge en un dolor infinito, especialmente cuando canta un estribillo que nos sitúa a los hombres frente a la destrucción que provoca la expresión más cobarde y ruin del machismo: “Maldigo aquel día, maldigo aquel día, creía que iba a perderme, me puso la mano encima. Y caer, caer, caer y levantarme de una vez, aunque me cueste convencer a un corazón tan roto. Y querer, querer, querer que esto no vuelva a suceder. Y poder, poder, poder quitar los clavos de una vez, sentirme libre sin tener remediarlo todo y querer, querer, querer que esto no vuelva a suceder”.
El vídeo que acompaña la canción, con una interpretación tan real como escalofriante, sobrecoge y nos sitúa sin un gramo de cosmética ante una pandemia que no cesa. “La pandemia del coronavirus la superaremos, pero esta pandemia del machismo seguirá”, clamó el pasado jueves Palomar en una entrevista en Acento Andaluz de 7 Tv Andalucía.
Siempre he creído que los artistas, periodistas y otros profesionales con proyección y llegada social deben aprovechar su altavoz mediático para demostrar a la ciudadanía que la equidistancia no es una opción en defensa de los cimientos que sustentan el estado del bienestar y la convivencia en paz e igualdad. Por ello, se ha ganado un lugar en mi vitrina de imprescindibles David Palomar después ofrecernos esta denuncia de enorme profundidad que parió durante el confinamiento con un registro que desconocíamos hasta ahora de un cantaor flamenco con numerosos galardones y reconocimientos y que ha abandonado su mundo de confort para explorar con acierto otros estilos musicales que le encumbran hacia el pedestal de artista total. Otro ejemplo es Evolución/Revolución en el que no sólo rinde pleitesía a los cantes festeros de Cádiz, sino que rememora el duende de sus grandes fuentes inspiradoras: Chano Lobato, Mariana Cornejo, El Beni y Pericón de Cádiz.
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