Hastiado de que a diario puntúen desde el prejuicio y la ignorancia la labor de los medios de comunicación, hoy me voy a tomar la licencia de poner cuatro notas:
Sobresaliente al jurado de los Premios Andalucía de Periodismo porque, por fin, ha distinguido a un periodista de El Mundo. A Chema Rodríguez. Un justísimo reconocimiento que acaba con una sequía incomprensible del mayor galardón periodístico andaluz a determinados medios de comunicación. El veredicto de esta edición dignifica además estos premiosporque demuestra que había otra manera de hacer las cosas y no desde el sectarismo excluyente. Un ejemplo es que lo recibirán compañeras y compañeros de la Cadena SER y Canal Sur, medios que hacen e hicieron periodismo de calidad y a los que -también hay que subrayarlo- no les regalaron precisamente los galardones que recibieron en el pasado.
Notable a la nueva dirección de la RTVA por incorporar a la programación de Canal Sur a andaluces que triunfan en las parrillas nacionales. No hacía falta sacar un conejo de la chistera, era tan fácil como aplicar el sentido común. Les daría más puntuación si fueran capaces de romper con ciertas hipotecas del pasado y con simplificaciones o etiquetas vacuas de las que hacen gala todavía algunos rostros del canal.
Suspenso a los dirigentes que repiten argumentarios como loros sin criterio ni discurso en cada una de sus declaraciones. Las reacciones a la sentencia demoledora de los EREs son un ejemplo de brocha gorda en la que no ha cabido la menor pincelada de pedagogía sobre este caso de corrupción mayúsculo, del que quede claro que no quiero restar ni un milímetro de gravedad. Por favor, llamemos a las cosas por su nombre: Chaves y Griñán no han robado. A la espera del Supremo, ambos han prevaricado -y malversado en el caso del último expresidente-, pero no se han llevado un duro a sus casas.
Muy deficiente al diputado de Cs Enrique Moreno, quien nunca debió ser elegido presidente de la Comisión de Investigación sobre las supuestas irregularidades de la Faffe. No ya sólo porque trató al dueño de un puticlub con más respeto y consideración que al expresidente Chaves, y porque violentara al exconsejero Manuel Recio, sino porque sus formas -más propias de un portero de discoteca: “usted se queda, usted no habla, etc…”- le han encumbrado al protagonismo diario de las sesiones. Ha enervado al PSOE, pero bien harían algunos altos dirigentes del PP en decir públicamente o trasladar a sus socios de gobierno el bochorno que están sintiendo con el proceder de este parlamentario. Nunca fue tan cierto el dicho popular ‘Dale un carguito y conocerás a Manolito’. En este caso a Enriquito.
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