A los periodistas, aunque no lo parezca por la permanente exposición pública de su trabajo, les cuesta mucho hablar de sí mismos. Llevan en el ADN informar de la realidad que observan a diario y no saben qué hacer, salvo en contadas excepciones petulantes, cuando los focos les iluminan. Así me siento al escribir esta columna y así me he sentido en varias ocasiones desde que en 2003 un jurado decidió galardonar ‘Entrevista a Dos’, un experimento radiofónico con el que convertimos en Radio Cádiz a los protagonistas de la actualidad en periodistas sobrevenidos con el fin último de que se metieran en el papel de la prensa.
Llegaron más focos por las investigaciones sobre los desmanes en la Zona Franca de Cádiz en El País y la SER cuando otros medios tapaban ese mayúsculo escándalo que acumula condenas judiciales; por el despliegue especial de la patera de Rota, la mayor tragedia humanitaria en las costas españolas hasta entonces con 34 fallecidos porque el dispositivo de rescate tardó 52 minutos en activarse. Más tarde,‘Ser Andaluces’ por fomentar en la Cadena SER Andalucía la autoestima del pueblo andaluz y ofrecer una imagen real de nuestra comunidad alejada de los tópicos trasnochados. Ahora llega el Premio Andalucía de Periodismo en la modalidad de televisión a ‘Acento Andaluz’, antes en Ondaluz, hoy en 7Tv. El jurado ha valorado la “apuesta editorial por la vertebración de Andalucía de un grupo privado que, con este espacio, mantiene un debate diario con la participación de actores políticos, económicos y sociales, y que conforma una ventana plural abierta a la realidad de nuestra comunidad”.
Les garantizo que no hago este repaso para cultivar mis vanidades, sino para reivindicar el reconocimiento que recibieron esos proyectos por el fin que perseguían: que los que no entendían la profesión periodística y tenían que entenderla la entendieran; denunciar un gran caso de corrupción y que podía haberse evitado que los inmigrantes se ahogaran a 200 metros de la playa; que los andaluces reivindicasen la Andalucía real frente a la prejuiciosa, y ‘Acento Andaluz’ para contar y analizar la actualidad con el más bello e inteligente castellano del mundo.
Premios para reforzar y amplificar proyectos que, en cada momento, creí que podían aportar, mucho o poco, a las empresas y directores que confiaron en mí. Fue mi manera de darle las gracias a Blanca Juste, a Antonio Yélamo, a Román Orozco y, en esta ocasión, a José Antonio Mallou, consejero delegado de Publicaciones del Sur. Agradecimiento que hago extensivo al equipo, a los tertulianos y columnistas, y a los invitados que pisaron el plató más plural y andaluz de Andalucía.
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