Un verano sin Gibraltar es como un día sin sol. Durante décadas, algún lío en el Peñón era suficiente para captar la atención de la opinión pública española, carente de noticias, durante la canícula. Retenciones provocadas por dobles filtros en la frontera, problemas con los pescadores linenses, sepultar bajo las aguas bloques de hormigón alegando la defensa medioambiental de la zona, amarre a puerto de submarinos de propulsión nuclear y distintos y variados incidentes entre las fuerzas policiales españolas y gibraltareña han ido salpicando el estío de los últimos lustros.
En 2022, cuando algunos ya nos jactábamos en privado de ser el primer año sin la serpiente de verano gibraltareña, ha llegado el choque de un buque granelero contra un metanero, hecho que vuelve a poner en guardia a los pueblos de Gibraltar y el Campo de Gibraltar por el riesgo medioambiental en la zona.
Esta vez el protagonismo informativo es más que merecido. Es más, reclama luz y taquígrafos para conocer qué es lo que ha ocurrido, qué medidas se han adoptado y cuál es el grado de colaboración -si existe- entre los responsables de las capitanías marítimas de Gibraltar y Algeciras para paliar los efectos de esta colisión en aguas de jurisdicción británica. No se pueden poner puertas al campo, tampoco al mar.
En estos temas, la política debe echarse a un lado para dejar hacer a los técnicos. Y es evidente que la Capitanía Marítima de Algeciras, responsable de la seguridad de uno de los puertos más importantes de Europa con una zona de influencia en la que destaca una refinería, tiene más medios y, por desgracia, más experiencia en este tipo de incidentes marítimos. No se trata de cuestionar el hacer de Gibraltar, que incluso paralizó las actividades de su puerto para dar prioridad máxima al incidente, se trata de aplicar el mayor número de medios en el menor tiempo posible y de forma coordinada para que el nombre del buque OS 35, abanderado en Tuvalu (país insular de Ocenía), sea solo un mal recuerdo. Si la Guardia Civil y la RGP cooperan para interceptar alijos de droga, ¿por qué no pueden hacerlo marinos mercantes de Algeciras y Gibraltar? El fuel ya ha superado las barreras anticontaminación. Es cuestión de tiempo que llegue a las costas de Gibraltar, La Línea o cualquier municipio de la Bahía. Un mal recuerdo que vuelve a ser realidad.
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