“La siento, aunque no la vea”, nos asegura Mari Carmen Borrego Plá, propietaria de las Bodegas Maestro Sierra, a la hora de referirse a su madre, fallecida hace ahora justo un año. El espíritu de doña Pilar Plá sigue muy presente en la pequeña bodega familiar de la plaza Silos. Se percibe en la atmósfera de estos cascos bodegueros donde hace décadas que el tiempo se paró.
Su hija reconoce que la empresa que inspiró su madre sigue a pies juntillas sus dictados. Enviudó muy joven en la década de los setenta, cuando los tratos en el mundo del vino se cerraban en los casinos donde estaba vetado el acceso a la mujer. Contra viento y marea, consiguió sacar adelante la herencia de su marido y convertir Maestro Sierra. Para ello, hubo de superar tres etapas: “al principio decía que estábamos locas, luego que no íbamos a aguantar mucho tiempo y ahora nos toman como competencia y vamos de poder a poder”.
Y todo comenzó con un Seat 127 que se conserva en la última ampliación de la bodega. Se lo contamos pulsando el link…
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es