En la provincia de Cádiz, como en el resto de España, los nombres de las estrellas Michelín se escriben en masculino. Ángel León, Juanlu Fernández, Israel Ramos y León Griffioien visibilizan la realidad de la invisibilidad de la mujer en la Gastronomia.
La imposiblidad de conciliar la vida profesional y familiar está detrás de esta estadística.
Rocío Fernández es jefa de cocina en el restaurante Bocinegro, en Conil. En su momento tuvo que elegir entre formar una familia y su profesión, decantándose por el trabajo.
Meme Rodríguez es chef también. Cuando tuvo a su hija, debió formarse para salir de la cocina, porque estar entre fogones era incompatible con ser madre, y mucho menos madre soltera.
Por último, Miriam Rodríguez, propietaria y jefa de cocina de La Duquesa, en Medina Sidonia, ha logrado sobrevivir en su profesión con dos hijos gemelos gracias a que el negocio era propiedad de sus padres. Ahora que sus hijos han cumplido seis años, vuelve a respirar y a seguir creciendo profesionalmente.
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