Manuel Pavón es un buen hombre. Personaje muy querido en su Villamartin natal, allí ha sido de todo y siempre dispuesto a ayudar a los demás en el pueblo.
De joven fue novillero, pero también hizo cientos de matanzas, estuvo a cargo de El Rosalejo y no se sabe cuántas cosas más. Ahora presume ser el padre de un prometedor cocinero que al frente del restaurante Alma está dando mucho que hablar.
De la mano del padre de la criatura hemos descubierto una cocina con los pilares de la tradición muy bien anclados y con un punto de innovación bien medido.
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