El protagonista de esta historia comenzó a investigar cuáles eran sus orígenes cuando fallecieron sus padres adoptivos, una situación que le llevó a contactar con el colectivo de SOS Bebés Robados y someterse a las pruebas de ADN
Quique, un hombre de 47 años que ha residido toda su vida en Huelva con sus padres adoptivos, decidió, al morir estos, por curiosidad, buscar a su madre biológica, algo que logró tras dos años de búsqueda y ésta le confirmó que fue "un bebé robado" tras nacer en un hospital del norte
El caso ha generado dudas sobre si se está robando a niños y si la pareja formaba parte de una banda de tráfico de menores más amplia, además de incrementar la desconfianza entre la comunidad romaní en el país y los griegos