Javier Viña es el promotor y CEO de Cultiply, una empresa sevillana de biotecnología orientada al mundo agroalimentario que está teniendo un importante éxito a pesar de su reciente creación gracias a sus innovaciones. Especialmente unos biorreactores que pueden ser manejados por personal no especializado en biotecnología con lo que las empresa se hacen dueñas del control de los procesos de fermentación tan cruciales en la producción de muchos productos, como los lácteos, el pan, cerveza, vino, o embutidos. También proporciona servicio de investigación para la mejora de los procesos de fermentación y de la calidad de los productos a la medida de cada empresa productora
¿Qué es Cultiply?
–Cultiply es una empresa biotecnológica con sede en Sevilla y enfoque internacional especializada en el desarrollo de bioprocesos con aplicación en alimentación y agricultura. La tecnología desarrollada y patentada por Cultiply se basa en el empleo de biorreactores como sistemas inteligentes de multiplicación de microorganismos (levaduras y bacterias).
Lo que hacemos es proporcionar herramientas a empresas de estos sectores para optimizar los procesos de producción en los que intervienen microorganismos como levaduras, bacterias y hongos.
¿Qué reconocimientos ha obtenido la empresa?
–Cultiply ha sido reconocida en numerosas ocasiones, siendo elegida como una de las empresas ganadoras de la edición 2020 de Programa Minerva, uno de los mejores programas de aceleración de empresas de España. Asímismo, ha sido galardonada con el distintivo Innovactiva 6000 que concede el Instituto Andaluz de la Juventud y recientemente ha resultado ganadora de los Premios Emprendemos Sevilla concedidos por la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Pero nuestro mayor logro es el haber dotado a nuestros clientes de una mayor autonomía en su procesos de fermentación con lo que han conseguido reducir costes y garantizar la seguridad del proceso.
¿Cómo surgió la Idea?
–La idea surge al detectar que existían numerosas industrias (láctea, cárnica, panadería, agricultura, vino, cerveza…) que requerían de un mayor control en la microbiología de sus procesos de producción, de modo que pudieran dominar el comportamiento de microorganismos como las levaduras, responsables de la producción de cerveza, pan o vino o de las bacterias lácticas, indispensables para la fabricación de queso, yogur o embutidos.
¿Cual ha sido la innovación de Cultiply y como ayuda a la industria agroalimentaria?
–Lo primero es señalar que Cultiply ha participado en numerosos proyectos innovadores de microbiología industrial, algunos de ellos destinados a la producción de extractos microbianos como fuente de proteína alternativa a las fuentes cárnicas, la producción de bacterias con propiedades biofertilizantes para la reducción de abonos químicos o la mejora del proceso de fermentación del cacao para lograr variedades con mejor aroma y sabor.
Uno de nuestro éxitos más importantes es adaptar la biotecnología a un lenguaje sencillo que lo haga operativo para implantar los biorreactores en empresas que no tiene personal experto en biotecnología de manera que los pueda manejar el personal y controlar perfectamente el proceso de fermentación con una formación básica.
La investigación de los microorganismos para la industria y los biorreactores que hemos ideado nos proporciona dos líneas de negocio. De un lado los biorreactores que podemos instalar en las empresas para que produzcan sus propios microorganismos un precio módico, ya que funciona como suscripción, y otra en la que proporcionamos un servicio de investigación y producción adaptado a las necesidades de cada empresa. Estas dos líneas se cruzan en ocasiones, ya que el proyecto puede empezar por la investigación adaptada a las necesidades de una empresa y acabar haciendo que adquieran el biorreactor y viceversa.
¿Qué resultados habéis obtenido con estas innovaciones?
–Gracias al sistema de trabajo implantado por Cultiply, las empresas del sector agroalimentario pueden obtener los microorganismos que requieren para sus procesos de fermentación de manera rápida, sencilla y por una fracción del coste actual. Gracias a esto se democratiza el uso de microorganismos con utilidad en agroalimentación.
El ahorro puede ser muy importante para la industria, fíjese que un sobre de un kilo de fermento lácteo cuesta mil euros y una industria grande puede llegar a gastar cientos de miles al año, con nuestra tecnología puede producir sus propios microorganismos ya que estos son autorreplicantes y conseguir una reducción de costes muy importante.
El control del proceso de fermentación también es fundamental para un control global del producto, sean estos lácteos, panes, vinos, cervezas, etc. y conseguir así garantizar la calidad y homogeneidad de la producción.
Un ejemplo interesante es el del cacao con el que se elabora un producto tan popular como el chocolate. También aquí interviene un proceso de fermentación. El cacao en la naturaleza es un fruto parecido a la chirimoya, para que se me entienda, tiene unas pepitas que son de las que se obtiene el cacao y una pulpa mucilaginosa en la que de forma natural se produce una fermentación que influye mucho en la calidad del cacao, como esta fermentación la producen una gran variedad de microorganismos, nuestro proyecto, desarrollado para una importante empresa, ha consistido en investigar para aislar e identificar los que le dan mejores cualidades de sabor al cacao y así obtener un producto de mayor calidad y aceptación en el mercado, consiguiendo, además, una calidad uniforme, algo muy importante para el consumidor, ya que la fermentación se produce de forma controlada.
¿Cómo le ha afectado la crisis a su empresa o en general a la economía empresarial?
–La crisis sanitaria provocada por la COVID-19, además de sus consecuencias tan lamentables, también nos ha traído muchísimo aprendizaje. Ahora todos somos mucho más conscientes de que estamos rodeados de un micromundo que no podemos percibir a simple vista, pero que es responsable de gran parte de los eventos que ocurren a nuestro alrededor. Aunque ahora, como es lógico, tengamos más consciencia de los virus dañinos, hay también millones de microorganismos que son indispensables para nuestra vida. Piense que Tenemos 10 veces más microorganismos en nuestro cuerpo que células humanas. Son también esenciales y beneficiosos para la producción de muchos alimentos por lo que el sector agroalimentario está tomando conciencia de la importancia y utilidad de la microbiología como herramienta de trabajo para mejorar los procesos productivos.
¿Cómo valora el papel de la administración pública respecto del emprendimiento y el empleo?
–La administración cumple un papel fundamental para el correcto desarrollo de la vida en sociedad y debe ser quien regule la interacción entre la empresa y el ciudadano. Por supuesto existe margen de mejora en la agilización de procesos burocráticos para fomentar iniciativas empresariales innovadoras, que creen empleo de calidad en regiones duramente castigadas por el desempleo.
Javier Viña González. CEO de Cultiply
Javier Viña González es un joven sevillano de 30 años, Biotecnólogo, Grado en Biotecnología por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y Máster en Biotecnología Industrial Avanzada por la Universidad Autónoma de Barcelona que cuenta con cerca de 10 años de experiencia trabajando en diferentes áreas de diversas multinacionales biotecnológicas. Está especializado en desarrollo de aplicaciones de upstream microbiológico (selección y preparación del microorganismo, y de las condiciones de fermentación) y en desarrollo comercial en el ámbito agroalimentario.
Ficha de la empresa
nombre Cultiply – fermentación inteligente
año de fundación 2020
sede San José de la Rinconada, Sevilla.
instalaciones Laboratorios equipados con la última tecnología en San José de la Rinconada, Sevilla
facturación Acumulada superior a los 500.000 €
sector productivo Biotecnología
web www.cultiply.es
redes sociales
https://www.linkedin.com/company/cultiply
https://www.facebook.com/cultiply
https://twitter.com/cultiply
Innovación inteligente para mejorar los alimentos
La pandemia que estamos sufriendo ha hecho conscientes a muchas personas de la existencia del mundo de los microorganismos. Los virus y las bacterias pueden ser muy dañinos pero también existen infinidad de microorganismos que no sólo son beneficiosos sino que son indispensables para la vida.
En la producción de alimentos también son muy importantes estos microorganismos; alimentos procesados que tiene su origen en el neolítico como el pan o la cerveza, son posibles gracias a las levaduras y tambien los productos lácteos como el queso o el yogur dependen de ciertas bacterias.
A pesar de la extensión e importancia de los alimentos creados mediante procesos de fermentación como los mencionados o el vino, los embutidos o el cacao, estos procesos se siguen haciendo todavía de una forma artesanal sin control directo sobre su continuidad o calidad lo que en muchos casos puede generar mermas y pérdidas de calidad en la industria alimentaria. Para solucionar esto nació Cultiply una empresa emergente, fundada hace sólo un año, que ha desarrollado un biorreactor donde cada industria puede producir sus fermentos de una forma controlada y sin necesidad de contar con personal formado en biotecnología. También Cultiply ofrece servicios de biotecnología para la industria agroalimentaria mediante la investigación de los microorganismos. La idea de esta empresa parte de un biotecnólogo sevillano, Javier Viñas, que trabajando en una industria láctea tuvo la visión de la importancia económica que tiene para toda la industria agroalimentaria el control sobre los procesos de fermentación. En poco más de un año ha conseguido un importante éxito utilizando la innovación y la tecnología y aplicando sus conocimientos en el campo de los procesos de fermentación. Son ya muchos los clientes que han conseguido rebajar sus costes de producción, reducir mermas por fallos en los procesos de fermentación o mejorar y mantener la calidad de los productos.
Por tanto el beneficio de controlar y personalizar la fermentación necesaria para producir estos alimentos no sólo es para las empresas sino también para los consumidores que pueden disponer de productos más seguros y de una mejor calidad.
Así vemos como la visión y el afán emprendedor de una persona puede llevar al uso de la tecnología para mejorar la producción de alimentos que la humanidad viene consumiendo desde hace milenios y que se producian mediante procesos espontáneos y desconocidos hasta hace poco.
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