Jaén

Los Baños del Naranjo abren sus puertas este jueves

El edificio patrimonial refuerza el discurso turístico de la capital y se abrirá de jueves a domingo, con dos guías del Ayuntamiento

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Momentos de la inauguración del edificio de las Antiguas Carnicerías-Baños Árabes del Naranjo de Jaén, tras su rehabilitación.

Mil años de historia, una mirada a diez siglos atrás es lo que permite la apertura del edificio de las Antiguas Carnicerías-Baños Árabes del Naranjo de Jaén, tras una rehabilitación no exenta de dificultades. Cincuenta años después, se pone a disposición de jiennenses y visitantes un recurso patrimonial y turístico más en el casco antiguo.

El alcalde, Julio Millán, y el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández; acompañados por el edil de Cultura, José Manuel Higueras; y la subdelegada del Gobierno en Jaén, Catalina Madueño, han inaugurado el edificio, en un acto social con presencia de representantes de colectivos culturales y asociaciones vecinales.

“Es un día para celebrar. Abrir un equipamiento después de tantos años nos permite recuperar nuestro patrimonio. Este edificio es fiel ejemplo del potencial cultural que tiene la ciudad. La intervención ha sido fantástica”, valoró Millán.

A partir de este 30 de septiembre, abrirá de jueves a domingo. Los jueves y viernes, de 11 a 14 horas; los sábados, de 11 a 14 horas y de 17 a 19 horas; y los domingos, de 11 a 14 horas; con dos guías del Ayuntamiento. La obra ha sido posible gracias al 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento y con una inversión de más de 400.000 euros, ha permitido  “sacar un aprovechamiento cultural más”, explicó Millán.

Se ha musealizado. La primera planta del edificio, ahora vacía, se convertirá en sala de exposiciones y se inaugurará en noviembre, en el marco del Festival de Otoño. Se expondrán parte de los fondos contemporáneos de la pinacoteca del Ayuntamiento, fomentando que sea “un punto de atracción turística, una excusa más para visitar el casco antiguo”.

Según Millán, el objetivo es actuar en una segunda fase, la que contempla una intervención en los baños que esconden los bajos de las viviendas aledañas al edificio rehabilitado. “Nos comprometemos. Sabemos que es una actuación que sigue pendiente.  Seguiremos dando vida a este edificio. Es una estrategia con la que recuperamos el patrimonio como una de las oportunidades de la ciudad”, terminó Millán.

El edil de Cultura aseguró que el “casco histórico siempre está ávido de buenas noticias y ésta es una noticia histórica”, no sin recordar que la “apertura al público ha supuesto un esfuerzo especial”. Higueras valoró que “el discurso turístico de la capital es ya más potente”, en plena temporada.

El delegado del Gobierno en Andalucía felicitó a la ciudad por una “actuación magnífica”, gracias a la cofinanciación institucional, señalando que ésta “debe extenderse a todos los ámbitos”.  Dijo: “Es una actuación para llenarse de orgullo y que favorece el sentimiento de pertenencia a la ciudad. Se ha recuperado un espacio hasta ahora ausente y oculto, que ya permite redescubrir la ciudad”.

Destacó “la sensibilidad” del equipo responsable de la obra, con el que se ha abierto “un edificio que tiene alma”.

El arquitecto-director, Manuel López, reconoció que “el proceso de rehabilitación ha sido complejo, al incorporar restauraciones de los elementos constructivos”. Se trata de uno de los bienes más singulares de la ciudad, catalogado como Bien de Interés Cultural Conjunto Histórico .

La carpintería y vidrios de puertas y ventanas permiten ver todo el espacio de la planta baja, desde la entrada. Es un espacio en el que se conservan varias bóvedas de media naranja, realizadas en ladrillo, que pertenecen a la antigua sala templada de los baños árabes.  

En el siglo XVIII el edificio municipal cambió de usos e imagen, convirtiéndose en las carnicerías de la plaza de los Caños. Se construyó una nueva portada con pilastras y frontón triangular, donde actualmente se puede ver el escudo que mejor se conserva de aquella época en la ciudad.

En el siglo XX el inmueble pasó a ser escuela municipal Grupo escolar Los Caños. “La fachada, del siglo XVIII, se ha limpiado para recuperar las dos maravillosas portadas, que debido a la falta de conservación y del tiempo estaban deterioradas”, dijo el arquitecto.

La carpintería de madera se ha mantenido fiel a la que se conocía. En la sala de recepción de visitantes, llama la atención el muro de ladrillos.

En las cubiertas de madera laminada se ha intervenido con tableros especiales por su material, para que se pueda preservar y soporte las temperaturas de la ciudad. “Es un edificio consensuado, visto por todo el equipo. Esperamos que la gente lo disfrute, que sea de su agrado. Ha sido un trabajo fruto de un equipo multidisciplinar”, terminó.

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