En una comparecencia en la Casa Blanca, el presidente estadounidense afirmó que “tras medio siglo de lucha, estamos a punto de lograr la reforma de la cobertura médica en EEUU”.
Según Obama, “aún queda mucho por hacer” pero los logros de las últimas horas “representan un gran paso adelante”, subrayó.
“Parece que el pueblo estadounidense podrá tener la votación que merece sobre una reforma genuina que ofrece seguridad a quienes cuentan ya con un seguro médico y opciones asequibles para quienes carecen de él”, sostuvo.
Obama aludía así al anuncio de un legislador clave, Ben Nelson, de que apoyará la reforma, lo que otorga a la mayoría demócrata en el Senado los sesenta votos que necesita, de un total de cien, para aprobar finalmente la reforma.
El objetivo de los demócratas es aprobar la medida antes del día de Navidad, lo que podría suponer una votación durante la propia Nochebuena.
La versión definitiva de la medida que proponen los demócratas para dar cobertura médica a cerca de treinta millones de personas que carecen de ella en Estados Unidos ha eliminado la creación de una opción pública, un seguro sanitario público que compitiera con el sector privado.
En su lugar, se permitirá a las aseguradoras privadas que puedan ofrecer planes de cobertura en todo el país, en lugar de estar sometidos a las diferentes regulaciones de cada estado.
Una de las grandes innovaciones de la medida es la prohibición a las aseguradoras de rechazar dar cobertura a quienes padezcan ya enfermedades.
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