Con el aval del premio de narrativa Granajoven 2021 del Ayuntamiento y la Academia de Buenas Letras de Granada, ve la luz “Todos los años de un día” (Alhulia Editorial, Salobreña) de Ignacio de Saavedra (1987). Es este el bautismo literario del escritor madrileño, quien ya había recibido anteriormente algunos otros galardones en el ámbito de la prosa, tales como Villa de Madridejos (2015) y Lapurbe de Ansoáin (2019).
Reúne este volumen cinco relatos y, en todos ellos, anida un amplio abanico de recursos, un sabio manejo del tempo narrativo, una diversidad de universos que surgen extensibles, maleables, y en los cuales cualquier cosa pueda acontecer. Pero siempre bien embridado por el decir preciso, ajustado y, tantas veces lírico, de Ignacio de Saavedra, quien sabe vincular y reajustar todo aquello que va sucediendo y sucediéndose en torno a sus variados personajes.
Sirve como pórtico “Las dudas de Eugenio Darín”, una historia que anticipa como en la bella “Crónica de una muerte anunciada” los acontecimientos que después irán revelándose. Un triángulo amoroso, clandestino y ténebre, va conformando el reverso de una realidad donde se vislumbra un exilio de identidades, una fuga sin posible salida para un yo débil y autodestructivo.
En “Refugio”, hallará el lector un emotivo relato a caballo entre Madrid y Alepo, signado por la conciencia de Javier y Nasila y por el sufrimiento de sus respectivas madres. Una en España, la otra en Siria, convergerán en un espacio común de dicha y de dolor, de ternura y desamparo, desde el cual se consigue trascendersabiamente el mundo textual y el mundo externo en el que está atrapadas.
En “Un minuto de poesía”, se suscita de nuevo el conflicto identitario. Antonio Gamboa flirtea con Luciana y con la intención de demostrarle, además, que es poeta; y en el anhelo de conquistarla y reafirmar su amor entre versos, va sumiéndose en una disidencia interna que le lleva a confundir su yo con un alter ego que no es sino al representación de su propio antagonismo, de su misma contradicción.
La adolescencia herida del protagonista de “Inocencias apagadas” sostiene la trama principal del más breve de los cuentos aquí compilados. En un amplio balcón que es, a la vez, de refugio y consuelo, hay un joven que batalla por esquivar el dolor que le causa el alcoholismo de su padre y la desolación diaria de su madre. Mirando hacia el exterior, hacia ese otro mundo que no quisiera que fuera el suyo, va sintiendo llegar, entre el asombro y la esperanza, la edad adulta.
Como coda, “Todos los años de un día” es unaespléndida y desgarradora narración en la que confluyen la disputa, el compromiso, el odio y la pasión. Ambientado en los meses finales de la dictadura, Ernesto Molina, estudiante universitario y contrario al régimen, y, Arturo Corral, miembro de la Brigada Político- Social, vivirán una apasionada historia de amor. El destino, trágico y aciago, hará que se encuentren y reconozcanen una comisaria. Pero esta vez,como torturado y torturador.
Es este, en suma, un excelente conjunto donde materia y forma se aúnan para dar cuenta de un quehacer de sobria consciencia y, en el cual, cada elemento genera una expectativa distinta, inquietante, reveladora de unas vidas que se sumergen en la costumbre, en lo imaginario y en lo imprevisible. Un libro, sí, vívido, anhelante, pleno de recíproca humanidad.
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