Andalucía sigue siendo la comunidad donde más trabajadores mueren como consecuencia de su actividad profesional. El 2020, aun siendo un año pandémico en el que muchos empleados se quedaron en sus hogares durante meses, se dio un repunte en las cifras de siniestralidad. El número de accidentados en el trabajo aumentó en un 10,84 % con respecto al año anterior. Estas cifras se pueden reducir respetando la normativa y utilizando los materiales destinados a la prevención, como son los cascos, las botas, las gafas, los guantes, las zapatillas…
Prevenir los accidentes de trabajo es una labor que se debe llevar a cabo de forma conjunta entre el empleado y el empresario. El primero deberá seguir las normas y medidas de seguridad dispuestas para cada caso, el segundo deberá establecer esas normas y proporcionar el equipo necesario para la protección de los trabajadores en el desarrollo de sus funciones. Por lo tanto, el empleado deberá tener acceso y utilizar zapatillas de seguridad ligeras y flexibles, así como el resto de material de protección, es decir, guantes, cascos, gafas protectoras, botas…
La mayoría de los accidentes en el trabajo son fácilmente evitables. Es obligación de la empresa realizar periódicamente auditorías con el fin de establecer protocolos y espacios seguros donde trabajar. Así mismo, es interesante seguir el asesoramiento de expertos en el sector. En este sentido, los profesionales en materia de prevención ofrecen una serie de consejos útiles que ayudarán a prevenir accidentes en cualquier tipo de actividad, independientemente del puesto que se ocupa o del sector laboral donde se actúa.
Estos son algunos de los consejos que se deben seguir.
Siempre mantenerse alerta durante el trabajo
No hay opciones ni tregua, el trabajador debe permanecer constantemente en guardia, despierto y alerta a lo que ocurre en su entorno más cercano mientras cumple sus funciones profesionales.Esta es la manera más eficaz para evitar no solo los accidentes laborales que pueda sufrir el mismo, sino también algún compañero o persona que permanezca en las cercanías. Además, mejorará su rendimiento, llevando a cabo sus funciones con mejor capacitación. El trabajador deberá ir al lugar de trabajo descansado, ya que la mayoría de los accidentes labores son acusados por personas que se declararon cansados o con falta de sueño.
Vestir adecuadamente y portar el EPI necesario
Los uniformes no son una simple declaración estética o comercial de la empresa. En la mayoría de los casos están diseñados para facilitar la actividad del trabajador. Flexibilidad, bolsillos, resistencia… Por otro lado, el uniforme también incluye elementos como botas de seguridad comodas, o los ya mencionados guantes, gafas, cascos... que deberán ser utilizados cuando proceda.
En este sentido, es obligado utilizar el Equipo de Protección Individual reglamentario cuando el trabajo a realizar implique algún tipo de riesgo excepcional que amenace su seguridad física o su salud en cualquier aspecto.
Asistir, aprender, participar en las clases de seguridad laboral y en los simulacros de emergencia
Posiblemente, se piense que se sabe todo lo que hay que saber en materia de emergencias y seguridad laboral. Sin embargo, esta es una ciencia en constante evolución y lo que se sabe hoy, mañana se ha podido perfeccionar y cambiar, mejorando sus resultados. Por este motivo, siempre se debe asistir a estas clases que el empresario deberá ofrecer periódicamente como parte de la formación continua de sus empleados.
Una de las más eficaces clases son los simulacros de emergencia. Con estas acciones los empleados sabrán que hacer cuando se produzca una situación de peligro real, evitando caos, accidentes o resolviendo la situación con prontitud. Los empleados deberán actuar siempre con la convicción de que se vive un peligro real, sin dar por sentado que se lo saben y no participar en el ejercicio correctamente, pues no se trata solo de lo que uno sabe sino de como actúa el equipo al completo.
Información sobre los peligros de un puesto o tarea determinada
Es muy importante que tanto el encargado como el empleado compartan información sobre el puesto que se ocupa. Si se es nuevo, el supervisor deberá aportar todos los datos sobre los posibles riesgos que corre al trabajar. Si esto no ocurre, el empleado podrá exigirle esta información. Del mismo modo, el trabajador, al detectar un posible nuevo riesgo, deberá documentar sobre esa situación a sus superiores en la empresa.
No realizar un trabajo si no se poseen los conocimientos o el entrenamiento necesario
En más ocasiones de las aconsejables, un empleado puede querer llevar a cabo una acción sin tener la cualificación debida para llamar la atención de la empresa o del jefe, poniendo en riesgo su integridad física o su salud. En estos casos, es el superior el que debe negarse u ofrecerle la formación necesaria antes de emprender ninguna acción. Del mismo modo, si el empleado no se considera capacitado, podrá negarse a una orden directa del encargado, y no esperar consecuencias negativas.
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