El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena de cuatro años de prisión impuesta a un ciudadano argelino que patroneó un pesquero hasta el litoral almeriense en el que viajaban "hacinadas" 106 personas, entre ellas siete niños de corta edad.
El Alto Tribunal desestima el recurso de casación presentado por la defensa contra el fallo que le condenó como autor de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y destaca las testificales, practicadas como prueba preconstituida, de dos de los ocupantes de la patera que identificaron al acusado como patrón de la embarcación.
La sentencia, consultada por Europa Press, precisa, asimismo, que uno de ellos llegó a indicar en su declaración que se "alternó para conducir con otra persona, mientras que él resolvía incidencias del barco".
En esta línea, el Supremo señala que avala la valoración de prueba que hizo la Audiencia Provincial de Almería las declaraciones testificales de los agentes de la Guardia Civil que vieron al acusado arrojar un objeto por la borda, algo "que le incriminaba" y que podría ser "la brújula que afirmaron visto o un teléfono móvil para comunicarse con tierra".
La embarcación, de tipo pesquero y con unos 12 metros de eslora, salió sobre las 3,00 horas del 30 de noviembre de 2019 desde Beni Saf (Argelia) con el acusado al frente de la misma, ya que se hizo cargo de la conducción y control de la nave al tiempo que manejaba la brújula y ejercía las funciones de capitán con ayuda de otras dos personas no identificadas.
Fue a las 19,00 horas de ese mismo día cuando la embarcación fue localizada por un patrullero de la Guardia Civil cerca de la costa. Al ser sorprendidos, el acusado, junto con sus ayudantes, comenzó a tirar objetos por la borda.
En concreto, tiró la brújula y dijo a los ocupantes que "si la policía preguntaba tenían que decir que habían comprado la embarcación y se habían turnado para llevarla".
La embarcación fue rescatada y remolcada hasta el puerto pesquero de Almería, si bien durante el trayecto el pesquero "sufrió un incendio" y se hundió. El estado de la mar y las condiciones meteorológicas eran regulares, y durante el trayecto entró agua en la embarcación.
El tribunal confirma que el acusado realizó las funciones descritas a sabiendas de que los inmigrantes accederían al territorio nacional de forma clandestina, por un puesto fronterizo no habilitado eludiendo el control del acceso por las autoridades españolas y vulnerando, por tanto, la legislación española sobre inmigración.
Añade que, a bordo, había once menores de edad, siete de ellos con menos de ocho años, y que todos hacían la travesía "sin ningún tipo de medida de seguridad ni víveres".
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