Portugal dio hoy un emotivo último adiós al expresidente Jorge Sampaio, fallecido a los 81 años, con un funeral de Estado en el que se recordó su contribución política al país pero también su lado humanista, como un "ciudadano de causas".
Fue uno de los muchos atributos del que fuera presidente de Portugal entre 1996 y 2006 destacados durante la ceremonia, realizada en el Monasterio de los Jerónimos, en Lisboa, con la presencia de familiares y amigos, las más altas figuras de Estado y presencias extranjeras, como la del rey de España, Felipe VI.
En el segundo de los tres días de luto nacional decretados en su honor, el último presidente socialista de Portugal fue despedido en un funeral restringido al 75 % del aforo, para seguir las directrices de las autoridades sanitarias, y marcado por los discursos y varios momentos culturales en su memoria.
"Para Jorge Sampaio Portugal nunca fue una abstracción, fue uno a uno los millones de portugueses", destacó en su intervención el actual presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, que dijo que "nunca quiso ser un héroe, pero lo fue".
CIUDADANO DE CAUSAS
Sampaio "ejerció la presidencia como el ciudadano de causas que siempre fue", señaló por su parte el primer ministro, António Costa, que lo definió como "un hombre bueno, un ciudadano ejemplar y un portugués de excepción" que "cambió y salvó miles de vidas".
Costa, visiblemente emocionado, también quiso recordar los años de amistad y trabajo en el seno de la familia socialista que le unían a Sampaio, como cuando fue director de su campaña presidencial de 1996.
"Jorge Sampaio tuvo una intervención cívica activa y desempeñó varios cargos. En todos ellos imprimió la marca de sus valores humanistas, una visión progresista y un fuerte deber cívico", defendió el presidente del Parlamento, Eduardo Ferro Rodrigues.
Durante la ceremonia se proyectó además un vídeo con algunos de los momentos más destacados del socialista, especialmente el papel que jugó para impulsar el movimiento por la independencia de Timor Oriental.
EL REY FELIPE, ENTRE LOS ASISTENTES
Al funeral acudió el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y varias autoridades extranjeras, entre ellas el rey de España, Felipe VI, acompañado por el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares.
Durante la ceremonia, el hijo del expresidente, André Sampaio, quiso agradecer su asistencia al rey Felipe VI: "A nuestro padre le gustaba muchísimo su familia", dijo durante su discurso dirigiéndose al jefe del Estado en español.
Sampaio mantuvo durante su década en la Presidencia lusa excelentes relaciones con España, a donde realizó su primera visita oficial como presidente y una de las últimas, ya privada, cuando estaba próximo a dejar el cargo.
También asistieron al funeral el primer ministro de Cabo Verde, Ulisses Correia e Silva; el de Santo Tomé y Príncipe, Jorge Bom Jesus, y el presidente del Parlamento de Timor Oriental, Aniceto Guterres Lopes, entre otros.
ENTIERRO PRIVADO
Tras el funeral, el cortejo fúnebre abandonó el Monasterio de los Jerónimos y recorrió Lisboa hasta el cementerio de Alto de São João, para ser enterrado en una ceremonia privada.
Sampaio murió en un hospital de Lisboa en el que llevaba dos semanas ingresado por problemas respiratorios que se sumaban a varios achaques cardíacos con los que convivía desde hacía años.
Tras pasar por la jefatura de Estado, fue enviado especial de Naciones Unidas para la Lucha contra la Tuberculosis y alto representante de la misma organización para la Alianza de las Civilizaciones.
En los últimos años se dedicó a la Plataforma Global para los Estudiantes Sirios, que fundó en 2013 y todavía presidía, para ayudar a jóvenes sirios a retomar sus estudios tras abandonar su país por la guerra.
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