Jaén

Enara de la Peña: “Mi ambición es escribir historias con las que el lector se obsesione”

En Cultura VIVA, la periodista y escritora Enara López de la Peña

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  • Enara López de la Peña. -

Su gusto por la escritura, una vocación que descubrió desde que empezó a unir letras, la ha convertido en periodista y escritora, autora de novelas de género paranormal, fantasía, LGTBI, romántico e histórico.

Enara López de la Peña (San Sebastián, 1987) lleva más de diez años afincada en Jaén, una ciudad que le ha permitido ejercer su profesión. Redactora del periódico Ideal, con la dedicación que exige la prensa escrita, siempre busca horas del día para seguir con sus proyectos literarios.

“He tenido la fortuna de que Jaén me ha dado mi profesión. Comencé a trabajar después de cumplir los 25 años y eso me hizo plantearme muchas cosas”, recuerda. Llegó a pensar que no ejercería y sin embargo no le ha faltado trabajo desde 2014. “Del Periodismo me llamó la escritura y ver lo escrito publicado con mi nombre. Me gusta atraer al lector contándole una historia que es novedad, noticia y que interesa. Parece que la prensa escrita es la aburrida del Periodismo, pero es la más elaborada y en la que más innovamos, sin perder la esencia”, valora.

Disfruta escribiendo el reportaje humano, “el que toca el corazón”. Dice: “He entrevistado a personas que te cuentan historias de superación. Piensas que son admirables, que todo el mundo debe conocerlas. Por eso me dedico al Periodismo, para que se conozcan esas historias y otros se inspiren en ellas”.

De Jaén, una ciudad a la que llegó con “prejuicios”, destaca que “ha habido lucha y objetivos logrados”, pero que es “innegable” que “falta mucho trabajo que hacer, aunque se están dando pequeños pasos”.

Su primera novela la inició el último año de sus estudios de Periodismo (Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra). Bajo el título ‘Amapola de sangre’, es una historia de vampiros que va a volver a editar. Le sigue ‘El lamento de los abedules’ (romántica-histórica) y sigue con la promoción de ‘Sólo quiero devorarte’ (LGTBI).

El 23 de septiembre publica su primera novela histórica, ‘La última plegaria del dragón’ (Selecta, digital), una apasionante historia de amor, acción y sensualidad con Japón como escenario. En ella, la autora se pregunta si ¿puede el amor tener una segunda oportunidad en mitad de una guerra Yakuza? El lector encontrará “una apasionante historia de amor, acción y sensualidad”, que ya está en preventas.

Firma como Enara de la Peña, un nombre ya conocido entre lectores del territorio nacional e internacional, principalmente mujeres.

Primero de la mano de una editorial y ahora con la autoedición, esta autora crea historias “con un mundo diferente”, para que el lector entre y no quiera salir. “Mi ambición es escribir historias que obsesionen al lector”, confiesa.

A ella le pasó cuando leyó ‘Lestat el vampiro’, de Anne Rice. “Encontré en ese libro lo que tenía dentro. Descubrí que quería contar ese tipo de historias. Me obsesioné con ese libro. Siempre me ha gustado el mundo paranormal, las historias de vampiros y demonios, la redención del monstruo, el erotismo oscuro”, confiesa.

Tras sus dos primeras novelas con Escarlata Ediciones, se animó con personajes masculinos LGTBI escribiendo y autopublicando ‘Sólo quiero devorarte’. “Me lancé con protagonistas gays que cuentan una historia como la que había leído como lectora heterosexual, sin que la narración esté marcada por la condición sexual de los personajes, que no fuera algo trascendental para disfrutar de la historia”, aclara. Es una novela dirigida al público femenino. “La mayoría de consumidoras del género LGTBI de chicos gays son mujeres”, confirma.

Cuando escribió esta novela, sabía que no cuadraría en cualquier editorial. “No es una novela abierta al gran público. Hay escenas de sexo explícito, incluso, gore. Sabía que sería para un público que iba a vender mejor en Internet, a nivel internacional, sin límites. Es una historia paranormal, con personajes masculinos gays, con escenas eróticas…Era difícil encontrar una editorial para el público al que me dirijo. Decidí autopublicarla”, explica.

En todas sus novelas hay personajes LGTBI, aunque sean secundarios.  

Escribe lo que le gustaría encontrar como lectora y siempre hay algo de ella. “La forma de expresarte, de mostrar una escena y contar un momento dice mucho de ti como escritora. Cuando escribo, me olvido de qué día es. Estar sola con la historia, abstraída y metida en los personajes es lo que más me gusta. El momento de idear la historia y montarla es divertido. Lo más agotador y complicado es la promoción”, explica.

Reconoce que le gustaría “escribir más”. Dice: “Siempre hay quien escribe más”. Pero ella no para. Ha empezado la ‘saga roja’, la 2ª parte de ‘Sólo quiero devorarte’. “Mi intención es sacarlo lo antes posible, para cerrar la historia de los protagonistas con un bilogía, y poder sacar, en la misma saga, mi primera novela, Amapola de sangre”, asegura.

Acaba de terminar una novela escrita a cuatro manos con Roser A. Ochoa, autora catalana con la que se encuentra virtualmente, una amiga con la que ha puesto en marcha ‘Proyecto Lotos’. “La saga Lotos será una trilogía”, adelanta. Han terminado el primer libro, tienen ideado por capítulos el segundo, y muchas ideas por cuadrar para el tercero. “Lo que pasa con la saga Lotos es un mundo de fantasía enorme”, adelanta.

Al vender su obra en Internet, tiene más facilidades para llegar a otros mercados. “No estaría mal que mis obras fueran traducidas. Me permitiría darme a conocer fuera. Amazon te da facilidades para vender en distintos mercados. Tengo que esperar a ser rentable en el mercado nacional y ya veré qué pasa con otros”, dice.

Siempre anima a escribir, a iniciarse en la Literatura. Recuerda que nada más cumplir los 13 años actualizó el carné de la biblioteca pública de su barrio para acceder a la sección de los títulos autorizados para esa edad, descubriendo los géneros de los que hoy es autora.  Con 15 años ganó un concurso literario con un poema en euskera. “Más que el premio, lo que se quedó en mi fue la conversación con mi profesora, a la que le gustaba lo que escribía y me animó a seguir haciéndolo. La escritura ayuda a tener perspectiva, a empatizar y buscar otros puntos de vista. Te permite conocerte mejor y eso siempre es positivo”, termina.

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