Es un comportamiento que ya hemos visto hace bastante poco en esta epidemia. La incidencia, viniendo de niveles altos, cae con fuerza, pero no hasta el punto de situarse en cifras lo suficientemente bajas como para resultar tranquilizadoras. Es lo que se empieza a vislumbrar también en esta quinta ola. La incidencia viene descendiendo de forma abrupta en las dos últimas semanas, concretamente desde el pasado 13 de agosto. Hoy, de hecho continúa haciéndolo y desciende 60 puntos respecto a la de ayer, que era de 262, situándose por tanto, en 202. Es previsible que esta caída continúe, de forma menos acusada, en los próximos días. Sin embargo, si tenemos en cuenta el número de contagios ciñéndonos solo a los últimos siete días, la incidencia crece por segundo día. En concreto, de los 17 casos (correspondientes a los 7 últimos días) del lunes, se pasó a 20 el martes, y a 23 este miércoles. Parece, por tanto, confirmarse un repunte en la velocidad de contagio, aunque es pronto para asegurarlo.
Hay que apuntar, no obstante, que en la anterior ola, esta fase valle, registrada a mediados de junio, ofreció un ritmo de contagios considerablemente más bajo, incluso por debajo de siete por semana, es decir, menos de uno diario. Ahora estamos, aún, lejos de esa situación, cuando parece que la tendencia vuelve a invertirse. En municipios como Castillo, de hecho, la incidencia acumulada a 14 días ya se ha incrementado esta semana. Sin embargo, continúa descendiendo en el conjunto de la provincia, 31 puntos respecto a ayer (303) y en el distrito sanitario, con 28 menos (278).
Hoy hay que señalar, también, una reducción significativa del número de casos activos, que baja a 182, después de que la pasada semana y la anterior llegara a situarse incluso por encima de 240. En las últimas 24 horas han dejado atrás la cuarentena o han superado la enfermedad 23 personas, que se suman a las 20 de ayer o las 17 del lunes. Seguimos sin tener que lamentar nuevos fallecidos.
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