San Fernando

Cámara hiperbárica. De la Covid persistente al tratamiento de la fibromialgia

Un hospital de Madrid estudia los efectos de la medicina hiperbárica en enfermos de Covid. San Fernando cuenta con una cámara en el hospital de San Carlos.

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  • Unidad del ATA Medical.

Tras año y medio de pandemia, el sector sanitario ha empezado a concretar cuáles son los tratamientos que mejor funcionan para tratar a pacientes de COVID y, también, aquellos orientados a paliar las secuelas que permanecen tras padecer la enfermedad. Uno de los tratamientos que, aunque en fase de estudio, está despuntando para ayudar a disminuir los síntomas que quedan tras la COVID-19 es el tratamiento con oxígeno hiperbárico.

La medicina hiperbárica es una especialidad terapéutica qué consiste en respirar oxígeno puro a una presión atmosférica superior a 1,5 ATAs (atmósferas) por medio de una cámara hiperbárica.

Según los datos ofrecidos por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, el 20% de las personas contagiadas terminan necesitando hospitalización. De ellas, un 15% acaba pasando por la UCI. Esta estancia hospitalaria puede causar algunos problemas de salud que, en ocasiones, persisten una vez superada la enfermedad y que son especialmente frecuentes entre aquellos que han necesitado respiración asistida.

“Algunas de estas secuelas son el daño muscular, la polineuropatía (daño en los nervios que cursa con calambres, dolor y parestesias), riesgo de sufrir una sepsis o infección generalizada, aparición de hiperglucemia, neumonía severa, problemas cardiovasculares, insuficiencia renal, anemia severa, sordera súbita e incluso trastornos mentales como ansiedad, depresión y estrés postraumático”, explican desde ATA Medical, compañía que gestiona la Unidad de Medicina Hiperbárica del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.

En esta unidad se han visto obligados a ampliar su horario a causa de la pandemia, ya que el tratamiento con cámara hiperbárica está siendo cada vez más demandado entre aquellas personas que arrastran secuelas de su lucha contra el COVID. 

El principal motivo de esta demanda se debe a que el virus SARS-CoV-2 infecta muchos tipos de células diferentes, lo que obliga a la renovación y regeneración celular para mantener la homeostasis del tejido, lo que provoca una mayor demanda de oxígeno que generalmente no llega a los tejidos a causa de la inflamación.

“Afortunadamente, la Medicina Hiperbárica aumenta hasta 22 veces la saturación de oxígeno del plasma sanguíneo, haciendo llegar este oxígeno a los tejidos y ayudando extraordinariamente a combatir estos daños gracias a su gran efecto regenerador y antiinflamatorio. Además, mejora el sistema inmunológico y moviliza las células madre circulantes en un 800%”, explica Ana de Dios, CEO de ATA Medical.

Los beneficios de esta terapia en pacientes post-COVID, se perciben con mayor claridad a partir de la quinta sesión, ya que el oxígeno tiene un efecto acumulativo sobre el organismo, “motivo por el cual se están prescribiendo tratamientos de entre 10 y 20 sesiones, dependiendo la las sintomatologías y la gravedad de las mismas”, señalan los profesionales de ATA Medical. 

De esta forma, la medicina hiperbárica se postula como el perfecto ayudante de otras terapias y tratamientos, ya que complementa y potencia su efectividad, ayudando a que los pacientes que afrontan secuelas del COVID se recuperen antes.

Medicina hiperbárica. ¿Ciencia o curanderismo?

 

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Para conocer mejor qué es y cómo funciona una cámara hiperbárica, el especialista en Medicina Subacuática e Hiperbárica del Hospital de San Carlos, Emilio Salas Pardo de Donlebún, explicaba en una conferencia en la Real Academia San Romualdo en 2017.

Salas reconoció “el que SAS admite que pueda haber patologías que son admitidas por toda la ciencia médica y aquellas patologías que se llaman off label, patologías en las que no hay consenso unánime de que sea la cámara lo más indicado, pero se deja hacer para que veamos los resultados porque a lo mejor algún día dejan de ser patologías off label. Y yo creo, honradamente, que a lo mejor la ausencia de un Defensa-SAS es lo que ha perjudicado al hecho de que la fibromialgia pudiera haber sido tratada con continuidad. Es mi opinión, pero a lo mejor es una opinión equivocada”.

No obstante, el doctor Salas ya había hablado a lo largo de la conferencia de la experiencia con personas afectadas de fibromialgia, aunque llegaban a través del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) y pudo comprobar que los tratamientos con la cámara hiperbárica eran relativamente efectivos por cuando retardaban las crisis y proporcionaban una mayor calidad de vida.

En el Hospital de San Carlos, cuando aún pertenecía a la Marina, se comenzó a tratar la fibromialgia con cámara hiperbárica hace nueve o diez años. “¿Por qué? Primero porque había una demanda; segundo porque leímos que en otros sitios se estaba haciendo y además tenía un fundamento. Contacté con la cámara hiperbárica de Castellón, con el doctor Manuel Salvador que era pionero en el tema, me condujo y yo vi que había ciencia médica”, explicó Salas.

Se hicieron los protocolos oportunos  contaron con una capacidad de trabajo válida pero cuando llegaba la paciente de fibromialgía “yo le decía, tú eres como yo: mi diabetes no se cura y tu fibromialgia tampoco se cura. Pero la podemos aliviar, podemos retrasar la aparición de la crisis, podemos disminuir la agresividad del cuadro”.

Y así hasta que se produjo el traspaso del hospital desde el Ministerio de Defensa al Servicio Andaluz de Salud que no llegó a firmar el entonces el convenio de uso de la cámara hiperbárica, una de las pocas que existen en España y es muy posible que en razón al planteamiento del doctor Salas sobre la falta de unanimidad de la comunidad médica tampoco se firme en un futuro inmediato.

Obviamente, no se podrá pasar de considerarse la fibromialgia como una enfermedad off label porque no se podrán reunir los suficientes datos para convencer a los médicos que no comparten la idoneidad de su uso o incluso la categoría de enfermedad de la fibromialgia.

Este aparato resulta especialmente beneficioso no sólo para tratar la fibromialgia, sino para pacientes que han sufrido por ejemplo embolias gaseosas, intoxicación por monóxido de carbono, gangrena, abcesos intracraneales y enfermedad descompresiva, todo lo cual lo explicó de forma profusa el doctor Salas Pardo de Donlebún en la conferencia organizada por la real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes.

 

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