No les faltó de nada. Bueno, el levante y el poniente que lo estaban temiendo porque dejaría fuera de juego el fuego espectacular entre el escenario y el público. Talento porque lo traen de fábrica; música porque hasta la transpiran; espectáculo, porque ellos son el espectáculo. Y público, todo el que se podía. Lleno total, que en tiempos de pandemia es que en la plaza de toros cabía más gente pero sólo podían entrar 800 personas que disfrutaron de lo lindo.
Y eso que este sábado en la Bahía de Cádiz había conciertos hasta en el descansillo de la escalera. Pero Saurom, en su tierra todos ellos menos el de Sevilla que es el que canta (que no es lo mismo que dar el cante) entraron con fuerza en el escenario, como decía Narci Lara a este periódico unos días atrás, “como toro que sale a la plaza” (nunca mejor dicho). Fuego para empezar a calentar a un público que estaba ya caliente porque fue motivado para escuchar y disfrutar con uno de los grupos con mejor directo de cuantos suben al escenario en estos tiempos de mucha máquina y menos arte.
Llegó gente de muchos lugares de España que no en vano la trayectoria de Saurom se remonta a 25 años atrás, cuando tocaban por los rincones de La Isla, algunos de los cuales ya ni existen. Y tienen diez hermosos discos en el mercado. A es venían. A presentar el último con todos los demás a cuestas y a celebrar ese cuarto de siglo con la música, más depurada, mas potente, más conmovedora cuando llega el momento y y más pura. Sin trampa ni cartón.
La gente cantó, bailó sin levantarse de la silla (eso sí que es arte), levantó los brazos acompañando a la banda y mantuvo la compostura durante todo el concierto. Por que eso también hay que decirlo. La organización estuvo a muy gran altura y el respetable de todas las edades, como se merece un espectáculo perfectamente cuidado y con gente que sabe a lo que va y sabe, sobre todo, a lo que no va.
Amanecer, La Hija de las estrellas iniciaron el concierto. Era la presentación de su disco Música. La Leyenda del Gambrinus, La posada del poner pisador…
El grupo Fenix hizo las delicias de todos los presentes con sus recreaciones de luchas medievales, entre el público y en el escenario mientras sumaba El queso rodante. No fueron los únicos que estaban con la banda sobre el escenario. También tocaron José Antonio Gil El Negro y el polifacético Paco Garrido, que toca todo lo que le ponen por delante.
Noche de Halloween, La mujer dormida, Cambia el mundo… Romance de la luna, luna, Memorias de un héroe… La interpretación de Soñando contigo estuvo dedicado a la madre de Antonio Donovan, el batería del grupo, fallecida hace unas semanas y Narci Lara dedicó a su sobrino Álvaro 3, 2, 1, ¡La tierra!
Memorias de un héroe, La batalla de los cueros, El lazarillo de Tormes, El carnaval del diablo, El círculo jungla, la Fiesta de la cerveza… Nunca se vio una conjunción tan fuerte entre público y artistas que en la plaza de toros de San Fernando, donde un sábado 14 de agosto, vísperas de la gran fiesta del verano en La Isla, Saurom sentó cátedra de veteranía, de calidad, de sentido del espectáculo y sobre todo, de respecto -un inmenso respeto- al público. Por eso lo dan todo. Que no todos lo dan o saben darlo.
PD: Una de las cosas más llamativas, las pinturas que llevan en los brazos. Eso debe tener un montón de horas de maquillaje.
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