Paco Blasco es valenciano. Militar de profesión, le trasladaron de un día para otro desde El Ferrol hasta Rota y aquí se quedó. Su verdadera pasión es su modesta huerta de mil metros que cuida primorosamente. Su pasión por el tomate no tiene límites y ha logrado recopilar a lo largo y ancho del globo más de mil variedades que tiene catalogadas.
Así nace Alma de tomate, un proyecto ecológico y solidario que hemos querido conocer de primera mano en Abocallena.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es