Para el que pasaba por allí, una estampa típica y a la vez poco prodigada del verano, una banda de música sonando para un público de todas las edades, emulando viejos tiempos en los que era casi la única diversión de festivos y domingos por las tardes.
En realidad era el colofón de los actos de nada menos que el primer centenario del Patronazgo de la Virgen del Carmen que se ha celebrado con una novena previa y la función principal en la iglesia del Carmen en la mañana del 16 de julio, como es tradición. Era el colofón a los actos del día, porque en esta jornada han seguido con un programa restringido por la pandemia, pero igualmente brillante.
La Banda de Música Agripino Lozano se estableció donde estaba instalada la exposición de fotografías del archivo Quijano, que se instaló en la Alameda del Carmen y posteriormente ha vuelto a su lugar ante la iglesia conventual, a donde llegó en pasacalles como hubiera llegado un 16 de julio cualquiera antes de la procesión.
Ya instalada interpretó bajo la dirección de Enrique Bustos, las obras La Isla, de Rafael Márquez Galindo; La Estrella Sublime de Manuel López Farfán, Esperanza Macarena de Pedro Morales, Aniversario Macareno de José Velázquez Sánchez, Se arrodilla Triana de David Hurtado, Pasa la Virgen Macarena de Pedro Gómez Laserna, Santa María de la Paz de Germán Álvarez Beigbeder y Virgen de las Aguas de Santiago Ramos Castro.
Una breve intervención del director de la banda y del hermano mayor de del Carmen, Salvador Fornell, dio paso a la interpretación -Bustos ya había hablado de “sorpresas”- de Reina Carmelitana, de Rafael Márquez Galindo.
La Salve Marinera, a los sones de la banda, con las voces de los congregados, puso el punto y final a una jornada histórica en San Fernando.
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