El juez que investigaba la desaparición de un tripulante hace un año tras el hundimiento de un pesquero a unas 14 millas del suroeste de la isla de Alborán, del que fueron rescatados otros tres navegantes, aprecia que puede haberse cometido un presunto delito contra los derechos de los trabajadores.
Este magistrado considera que la embarcación, que salió de La Caleta de Vélez el 7 de julio de 2020, presuntamente no reunía las medidas de seguridad requeridas por la legislación vigente y estaba aguas en las cuales el marinero desaparecido no estaba contratado para faenar, según el auto, al que ha tenido acceso Efe.
El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Berja (Almería) afirma que el desaparecido "únicamente" prestaba sus servicios como pescador de aguas costeras y aguas dulces.
El juez ha decretado la inhibición del procedimiento a favor del Juzgado Decano de los de Instrucción de Vélez-Málaga de acuerdo con el informe remitido por Salvamento Marítimo en el que se determina las coordenadas registradas en el expediente relativo al siniestro, "el hundimiento no se produce en aguas correspondientes a este partido judicial".
Para este magistrado el lugar de comisión del hecho con posible relevancia penal, concretamente un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, es el puerto de La Caleta de Vélez, desde donde salió la embarcación y que pertenece al partido judicial de Vélez-Málaga.
En agosto del pasado año, la familia del tripulante denunció al patrón del barco por un delito de homicidio imprudente y contra la seguridad de los trabajadores.
En la denuncia, a la que ha tenido acceso Efe, los familiares piden que se tome declaración como investigado al patrón de la embarcación y se detallan una serie de irregularidades que pudieron provocar el accidente y el hundimiento del barco.
El 7 de julio, sobre las 23.30 horas, salieron a faenar desde el puerto de La Caleta de Vélez hacia aguas próximas a la Isla de Alborán y, un día más tarde, sobre las 20.30 horas, volcaron completamente y la embarcación se hundió.
Tras el hundimiento, el patrón pudo salir a la superficie, seguido de otro marinero, y pasada una media hora lo hizo un tercer tripulante.
Entre las irregularidades, los familiares del fallecido señalan que si se toma como referente el lugar donde se ubicaba el barco en el momento de la desaparición, "estaban practicando pesca de altura, para lo que no estaba contratado el marinero".
Además, se destaca que uno de los tripulantes era el hijo del patrón, un menor de 14 años, pero que el patrón durante su declaración "omitió este extremo porque ya de antemano es una temeridad poner a tripular una embarcación a un menor".
En la denuncia se incide en que ningún marinero experimentado se explica por qué no se paró el motor de la embarcación, ya que si el barco se escora (da un bandazo) y se para el motor de manera intencionada por el tripulante, el barco se para y no gira sobre sí mismo.
"Pero esta pericia no la tiene el menor de 14 años que habitualmente tripulaba la embarcación", afirma la denuncia, en la que se indica que se "silencia" que el motor una hora antes se había parado en varias ocasiones y que el estado del barco "no era el óptimo para navegar".
Además, se detalla que el barco no contaba con las dimensiones propias para navegar en alta mar, por lo que se tumbaba demasiado y el gasoil no le llegaba bien porque cogía aire, ante lo que es una práctica común manipular el bombín para que el combustible se suplemente.
Si el marinero desaparecido fue designado por el patrón para hacer esa tarea y estaba en la sala de máquinas, "no tuvo opción de salir del barco", apunta la denuncia.
La familia del fallecido ha convocado mañana, cuando se cumple un año del hundimiento, una concentración en la lonja del puerto de Vélez y piden al Gobierno el rescate de los restos de la víctima del interior del barco ya que consideran que tienen los medios humanos y tecnológicos para ello.
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