Este próximo martes se inaugurará la 74ª edición del Festival de Cannes, tras el paréntesis del pasado año, en el que se tuvo que celebrar un festival no presencial como consecuencia del Covid. En esta edición se pretende un relativo retorno a la normalidad, aunque los datos de la pandemia del mes de mayo obligaron a posponer su celebración hasta el presente.
Aunque en las últimas décadas el Festival de Cannes se ha consolidado como uno de los eventos cinematográficos más prestigiosos y mediáticos del mundo, no es la primera vez que un hecho ajeno al festival, como es la situación mundial provocada por la pandemia,afecte a su desarrollo. A lo largo de su historia, el festival se ha visto sacudido por diversas vicisitudes políticas, económicas o sociales. De hecho, su primera edición, prevista en septiembre de 1939 coincidió con la invasión de Polonia por parte de las tropas nazis y tuvo que aplazarse durante cinco años por motivo de la II Guerra Mundial; las ediciones correspondientes a 1948 y 1950 debieron ser anuladas por falta de presupuesto; o las convulsiones políticas y sociales de mayo de 1968 llevaron a que los cineastas exigiesen la suspensión del festival en un ambiente altamente reivindicativo en favor del cambio en todas las instancias de la sociedad.
A partir del próximo martes todos los medios de comunicación del mundo fijarán su foco en esta bella ciudad francesa que confiamos que vuelva a recibir a los iconos más importantes del mundo del cine, a presentar las nuevas tendencias cinematográficas y los estrenos más esperados del año.
La película encargada de inaugurar el certamen será Anette, de Leos Carax, protagonizada por Adam Driver y Marion Cotillard.Su director, que ya ha presentado cuatro de sus películas en Cannes, se une a otros realizadores consagrados y habituales del festival, cuyas nuevas propuestas se darán a conocer en la próxima edición, como Paul Verhoeven, Sean Penn, Jacques Audiard, Bruno Dumont, Wes Anderson, Nanni Moretti, François Ozon o Asghar Farhadi.Todos ellos han competido en los últimos años por la preciada Palma de Oro y algunos ya la han ganado.
Pero, aparte de la fidelidad del festival con sus directores habituales, otra de las características de la selección de Cannes es su transversalidad: junto a las obras de los directores más consagrados, también se espera encontrar en la programación las propuestas de nuevos y desconocidos directores, que marcarán en las próximas décadas nuevos rumbos en el lenguaje cinematográfico.
Como suele ser habitual, la selección tiene un fuerte acento francés y en esta edición no habrá presencia de cine español en las principales secciones.
El Jurado oficial de la presente edición estará presidido por el realizador norteamericano Spike Lee.La actriz Mylène Farmer, las realizadoras Mati Diop, Maggie Gyllenhaal y Jessica Hausner, el director Kleber Mendonça Filho y el actor Kang Ho Song le acompañarán en la elaboración del palmarés.
A pesar de la incertidumbre debida a la pandemia, grandes estrellas del firmamento cinematográfico mundial, entre los que destacamos a Jodie Foster, Isabelle Huppert, Charlotte Rampling, Marco Bellocchio, Matt Damon, Tim Roth, Sean Penn, Lea Seydoux, Benicio del Toro, Tilda Swinton, Bill Murray o Jean Dujardin, se esperan para su desfile por la mítica alfombra roja de Cannes y estarán presentes en los informativos de todo el mundo.
Sin embargo, hay varias cuestiones que van a marcar el desarrollo de esta edición insólita del Festival de Cannes. Por una parte, las estrictas medidas de seguridad sanitaria anunciadas por la organización, que exigirá a sus participantes un certificado sanitario que demuestre que están inmunizados o que no están contagiados con el virus.El acceso al Palacio de Festivales se permitirá únicamente a los que demuestren haber recibido una vacuna aprobada por la Agencia Europea del Medicamento. Deberán haber pasado cuatro semanas desde la inyección en el caso de las vacunas monodosis y catorce días desde la segunda en aquellas que requieran dos. En caso contrario, los acreditados tendrán que presentar una prueba PCR o de antígenos negativa de menos de 48 horas, que deberá renovarse cada 48 horas a lo largo de todo el certamen.Todo ello, unido a los habituales controles de seguridad para acceder a las diversas sedes del festival va a hacer más complicado el desarrollo del festival: más colas, esperas más largas de las habituales…
Además, se va a producir una circunstancia inédita hasta este año: la coexistencia de los acreditados del festival con el gran número de veraneantes que todos los años por estas fechas abarrotan todos los rincones de la Costa Azul, que va a dificultar enormemente el tránsito por las calles de la ciudad. En cualquier caso, está claro que en este año extraño, y a falta de una confirmación por parte de los organizadores,no se alcanzarán las cifras de más de 40.000 profesionales procedentes de más de 60 países y más de 4.500 periodistas que acudieron e esta cita en su última edición normal de 2019. Esperemos que éste sea un primer paso hacia la normalidad y que ésta se reestablezca para 2022, año en el que el festival celebrará su 75º aniversario.
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