La Policía griega arrestó al exdiputado y miembro de la cúpula del partido neonazi Amanecer Dorado, Jristos Pappás, el único que aún no había entrado en prisión tras la condena a los líderes a más de 13 años el pasado octubre.
Aunque la teoría predominante era que había conseguido salir del país -la Policía emitió una orden de arresto europea y avisó a Europol-, la brigada antiterrorista detuvo anoche al que fue número dos de Amanecer Dorado en un apartamento de Zografu, un suburbio en el este de la capital griega.
La Policía informó de que al mismo tiempo arrestó a una mujer de 52 años de origen ucraniano, que recibió la ciudadanía griega en 2015, por presuntamente cobijar a Pappás en su huida.
La última vez que se vio al exdiputado en público fue el 1 de octubre, cuando cumplió su obligación de presentarse en su comisaría de Policía local. Según medios locales, habría estado escondido en el apartamento durante estos nueve meses.
Pappás, que anunció mediante su abogado que no pensaba acatar el dictamen, fue uno de los líderes ideológicos de Amanecer Dorado y proviene de una familia de extrema derecha. Su padre, teniente general, tomó parte en el golpe de Estado de 1967 que llevó a la dictadura de los Coroneles.
La Policía vigiló durante este período hasta un total de 300 personas relacionadas con Pappás, pero la inmovilidad provocada por la pandemia de coronavirus y el consecuente largo confinamiento que se aplicó en Grecia complicó aún más la investigación.
La portavoz del Gobierno, Aristotelía Peloni, celebró la noticia y afirmó que con la detención de Pappás se cierra por completo el capítulo de la historia griega relacionado con la organización neonazi.
El pasado abril la Policía belga detuvo a Yannis Lagós, el único otro miembro de la cúpula que, a pesar de haber sido condenado, no había entrado en prisión por su condición de eurodiputado, que le otorgaba inmunidad hasta que el Parlamento Europeo votó retirársela por unanimidad. Lagós fue extraditado en mayo para cumplir su condena en una prisión griega.
La condena al partido neonazi el pasado otoño fue celebrada por miles de personas en las calles de Atenas y se entendió como una reivindicación de la democracia griega, pues se demostró que los ataques, intimidaciones y asesinatos cometidos por miembros y simpatizantes de Amanecer Dorado no fueron decisiones individuales, sino el cumplimiento de las órdenes dadas desde una estructura criminal.
Creado a comienzos de la década de 1980 por el líder de la formación, Nikolaos Mijaloliakos, Amanecer Dorado fue durante unos 30 años el grupúsculo más violento de la extrema derecha helena.
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