Este caso que investiga el juzgado de instrucción 11 de Sevilla no guarda relación con el robo de 150 kilos de cocaína y heroína depositado en los sótanos de la Jefatura de Policía de Sevilla, por el que estén encarcelados un policía de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (UDYCO) y dos cómplices.
El juzgado número 11 mantiene imputado a un agente del Grupo VII de lucha contra el pequeño tráfico de drogas por un ladrillo de hachís incautado a un ex socio suyo que, según un informe policial, tenía las muescas típicas que se hacen para tomar muestras destinadas al análisis de composición.
Los investigadores sospechan de que, tras el primer análisis, alguien sustrajo dicho ladrillo y lo puso de nuevo en el mercado, ocasión en la que fue incautado a I. J. R, un culturista y ex socio del policía imputado S. O. C.
Su composición coincidía además con los 11.000 kilos de hachís incautados en enero de 2009 por el Grupo VII en un garaje de la barriada de Sevilla Este, que se almacenaron en dos camiones de caballería aparcados en un cuartel policial en la avenida Blas Infante de Sevilla.
Fuentes del caso informaron ayer a Efe de que la defensa del agente alega que la droga pasó por múltiples manos y "se rompió la cadena de custodia", pues fue trasvasada por operarios civiles en un descampado situado junto al cuartel de la Guardia Civil de Montequinto (Sevilla).
En dicha operación, según las fuentes, se trasvasaron un total de 60.000 kilos de distintas drogas a varios camiones para luego ser trasladados, con escolta policial, a los Altos Hornos de Asturias donde se incineran los alijos.
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