La plácida tarde casi de verano tomó sabor de pueblo, de antaño, de niños conocidos hechos mayores que parecían con ganas de jugar en su plaza, la del Cabildo, sin su habitual mar de coches, con su sentido más asambleario. Sentimientos de nostalgia, de solidaridad y de defensa a ultranza del Arcos de ayer que reivindican como el Arcos de ahora y el del mañana. “Que no lo toquen...”. Hasta habían montado megafonía, pero esta vez no era para un espectáculo como a los que nos tiene acostumbrados la plaza, sino para gritar, y bien fuerte, que es lugar es casi sagrado, que se respete y que, ya con los pies en la realidad, no se ejecute el proyecto ‘Ciudad Amable’.
Esta pudo ser la estampa que dejó la concentración organizada por la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo el pasado viernes en la plaza del Cabildo, espacio donde el controvertido proyecto de la Inversión Territorial Integrada (ITI) ejecutaría su principal actuación eliminando el aparcamiento y remodelando una plaza, según los vecinos, sin sentido alguno. La protesta fue secundada por 300 almas que aplaudieron las tres intervenciones del acto; comenzando por la de la empresaria hotelera Elena Posa, defensora del patrimonio y de la belleza sempiterna de la ciudad que habita, mostrando su enérgica repulsa a los planes del Ayuntamiento por mucho que este haya retrocedido en su idea original para escuchar precisamente algunas de las alegaciones planteadas, comenzando por el mantenimiento del paseíllo y el arco del mirador de la peña. En la misma dirección, el artesano Maestro Chocero Antonio ‘Gandano’, quien se viene prodigando en redes sociales y medios convencionales sobre su oposición al proyecto, tomó el micrófono para exponer sus argumentos y razones, que son compartidas por una parte de la sociedad que se niega de lleno a que esta parte del casco antiguo de Arcos cambie su imagen y borre su pasado a los ojos de las nuevas generaciones.
Puso colofón a las encendidas intervenciones el presidente de los vecinos, José Luis Venegas, mientras ondeaban las pancartas en contra de un proyecto que, según los concentrados, no tiene nada de amable. El acto fue apoyado también por partidos políticos de la oposición (PP, Ai-Pro y VOX) que trasladaron su artillería a la plaza del Cabildo para pedir al equipo de Gobierno que no se lleve a cabo este proyecto tal y como se plantea en el borrador. Pero las cartas están echadas -está en juego una inversión de 1,2 millones de euros- y, entre tanta crítica, desconcierto y posturas encontradas, la sociedad también reclama al mismo tiempo otro Arcos con nuevas ambiciones económicas pensando en generaciones venideras, y entre ese pasado y el siempre incierto futuro, un pueblo se debate.
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