Desi no tenía claro ir a ver a su hermano a la playa de Getares porque no soportaba pensar que aquello sería la despedida definitiva, pero finalmente accedió. Jairo insistía en que quería sentirse libre nuevamente, rodeado de todos aquellos a los que quería, fuera de las cuatro paredes de la habitación del Hospital Punta de Europa, en Algeciras, donde su vida se consumía aceleradamente a causa de la enfermedad. “Mantuvo los ojos cerrados desde que abrieron la puerta de la ambulancia hasta que el personal sanitario trasladó la camilla a la arena, y cuando los abrió y vi que se emocionaba al ver a su familia, sus amigos y su perrita, y la felicidad se dibujó en su cara, supe que había sido un acierto compartir aquella mañana junto a él”, relata.
Solo unos días después, cuando la conmovedora historia se viralizó en las redes sociales y los medios de comunicación se hicieron eco de la historia, Desi bromeaba con Jairo diciéndole que “no sabes la que has liado”. Él, que falleció solo dos semanas después de aquel viernes 14 de mayo, a los 36 años, restaba importancia pero era consciente de que había sentado un revolucionario precedente en la sanidad andaluza.
“Sin el impulso de la oncóloga Eva González, la enfermera Araceli Correro y el psicólogo Víctor Cerón (el autor de las fotografías que han acumulado varios miles de likes en Facebook), no habría sido posible hacer realidad su sueño”, agrega la joven, que nunca olvidará cómo “el chute de energía” de la experiencia hizo que afrontaran los últimos días con una mayor entereza.
Cerón se siente abrumado por la repercusión. “Jairo era una persona extraordinaria y no dudamos en ponernos mano a la obra cuando supimos que quería bajar a la playa”, recuerda. Tuvieron suerte porque la dirección del centro hospitalario colaboró y mostró, asimismo, agilidad. “No ha costado ni un solo céntimo, hemos tenido facilidades porque los compañeros se han prestado voluntarios, la idea es que esto no se quede aquí”, agrega. Con trece años de experiencia en cuidados paliativos, explica que se hacen muchas actividades para humanizar la situación de los pacientes que no trascienden, pero admite que esta es especial. “Con Jairo, hemos visto que los cuidados paliativos no necesariamente son sufrimiento y tristeza, sino que abren espacio para la esperanza, la alegría y el amor; ha tenido un efecto reparador, ha dado sentido a la vida”, sostiene.
En su publicación de Facebook, señala a la Fundación Ambulancia del Deseo como inspiradora. Creada originalmente en Holanda, a raíz de que en 2007 el conductor Kees Veldboer se desviara de su camino a la clínica para ir al puerto en su vehículo para que el paciente Mario Stefanutto, marinero enfermo, disfrutara de la cercanía del mar, abrió su delegación española en Murcia en 2018.
Con un centenar de voluntarios en toda España, José Manuel Salas, uno de los confundadores del Proyecto Hurge, está encantado con la decisión de Jairo y los compañeros del Hospital Punta de Europa porque sirve para impulsar los planes que tienen en marcha. “Recientemente contamos con un nuevo punto operativo en Oviedo; la idea es abrir otros tres más, uno en Madrid, otro en Catalaña y un quinto en Andalucía”. De hecho, durante esta misma semana ha mantenido contactos con la Consejería de Salud de la Junta para avanzar en la firma de un convenio que facilite el desarrollo de su actividad. “Es preciso contar con todas las garantías legales para llevar a cabo traslados de pacientes cuyo estado de salud es delicado”, señala. Con las negociaciones muy avanzadas, confía en que finalmente se rubrique el acuerdo. “Hay interés de sanitarios por colaborar -sostiene-; no podremos parar la enfermedad pero sí podremos hacer realidad su voluntad”.
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