La apertura de fronteras provinciales ha permitido a Córdoba respirar. Como cantaría Medina Azahara en uno de sus clásicos. El movimiento de personas ha sido destacado sobre todo en el casco histórico, que desde hace semanas, prácticamente desde el inicio de la pandemia, presenta un aspecto muy parecido a este.
Desangelado hasta que el turismo ha vuelto al menos durante este pasado sábado y domingo. Sin embargo, no cabe la alegría exultante. "El viernes llegamos al 15% y el sábado rozamos el 40% de ocupación, pero hemos abaratado el coste de la habitación en torno a un 60% en esta época del año, que en condiciones normales sería muy buena para Córdoba por las fiestas y el puente en Madrid", señala a Viva Córdoba el presidente de AEHCOR, Félix Serrano.
Por su parte, la hostelería sí ha visto la luz con mayor nitidez que el sector del hospedaje. El presidente de Hostecor, Fran de la Torre, se mostró satisfecho porque "los compañeros del casco histórico y de la Judería han podido tener clientes después de muchos meses sin turistas", lo cual dice mucho a favor de la ciudad califal "porque cuando llegue la normalidad nuestra capital estará entre los lugares de referencia para visitar".
Los comerciantes del casco histórico y de la Judería también han agradecido la apertura de la movilidad. Eso quiere decir que si no se expande el virus, resurgir es posible y ya se ve más cerca recobrar la ansiada normalidad.
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