Matrícula de deshonor

‘El Risitas’

Desde sus primeras apariciones en el año 2000 junto ‘al Cuñao’ no ha parado de reírse de plató en plantó dejando frases míticas y momentos entrañables

Publicado: 03/05/2021 ·
12:20
· Actualizado: 03/05/2021 · 12:20
  • El Risitas.
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Hace unos días se marchó ‘el Risitas’, uno de los últimos cómicos del conocido programa ‘El Vagabundo’ de Jesús Quintero, dejando un cierto desconcierto tras la soledad y abandono que han asolado su fallecimiento.

El simpático Juan Joyas ‘Risitas’ desde sus primeras apariciones en el año 2000 junto ‘al Cuñao’ no ha parado de reírse de plató en plantó dejando frases míticas y momentos entrañables, pero sobre todo, sentimientos contradictorios que de una u otra manera lo catapultaron hacia una vida diferente a la que tenía, que fuese mejor o peor, sólo es cuestión de interpretación.

Nada le hacía presagiar que a partir de los 43 años se metería en nuestras vidas arrancándonos carcajadas con sus absurdos chistes que interpretaba torpemente ante un Quintero ansioso de audiencia, que supo sacarle partido a un inocente producto al que ya se le auguraba un lamentable final como otro juguete usado y roto. Las reminiscencias de aquella supuesta fama también fueron aprovechadas por otros “amigos de calderillas” que lo exprimieron hasta agotar su contagiosa risa, quedando a merced de la caridad y voluntariedad de unos franceses que pagaron sus últimos años de manutención y su sepelio.

Grosso modo, así fue la vida de un contador de chistes, que tuvo la mala fortuna de no contar con nadie que verdaderamente lo respetara por lo que era y sí por lo que podía ofrecer, o por aquello que se le podía sacar. Una historia más para reflexionar que quedará manchada en las chequeras de todos aquellos que de una u otra manera han contribuido a ese lamentable final, indigno para una persona sin las herramientas y capacidades suficientes para convertir su famoso “¿lo has cogido, Jesús?” en un futuro económico seguro, y no en ese triste y desconcertante final que no se merecía. Pero a pesar de todo, seguiremos imitando sus frases, viendo sus vídeos y recordado a su ‘Cuñao’. Hasta siempre, ‘Risitas’.

 

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