La Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSIF, sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado, se suma este 28 de abril a la conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, el segundo durante la crisis sanitaria, con la campaña #CSIFporlaResiliencia, que ha puesto en marcha a nivel nacional. Denuncia que la vigilancia de la salud en el trabajo sigue siendo una asignatura pendiente en España, pese a que miles de trabajadores y trabajadoras de todos los ámbitos, en los servicios considerados esenciales, cuando se decretó el confinamiento y de manera especial el personal de la sanidad, siguen expuestos al virus. De hecho, existe un déficit en el reconocimiento de las contingencias laborales y prestaciones que se derivan del contagio de Covid-19.
Para CSIF, si algo ha visibilizado la pandemia es que la Prevención de Riesgos Laborales (PRL) sigue siendo una asignatura pendiente para las diferentes administracionesEl pasado mes de febrero, tal y como había solicitado CSIF desde el inicio de la pandemia, el Gobierno reconoció el contagio de Covid-19 como enfermedad profesional para el personal sanitario y sociosanitario con efectos retroactivos desde que comenzó la pandemia. Este reconocimiento es fundamental para la futura protección en caso de secuelas graves o las indemnizaciones derivadas del fallecimiento. Ya entonces este sindicato avisó de las deficiencias de este decreto si no se facilitaba la gestión de oficio. Pese a ello, hasta la fecha la Seguridad Social no ha reconocido ningún caso de enfermedad profesional por Covid-19. Esto es así porque pese al anuncio del Gobierno, la Covid-19 hoy por hoy no es una enfermedad profesional y solo Especial | CSIF se tiene en cuenta a efectos de la prestación, lo que implica que cuando finalice la pandemia sus secuelas no podrán justificarse como un daño derivado del puesto de trabajo.
La Estadística de Accidentes de Trabajo correspondiente al año pasado y los dos primeros meses de 2021 -últimos datos disponibles-únicamente reconoce 24 fallecimientos y 12.185 accidentes de trabajo por coronavirus.
Sin embargo, CSIF considera que estas cifras no reflejan la realidad de los efectos del virus entre las personas trabajadoras, a tenor de la evolución de la pandemia y los datos del Ministerio de Sanidad: desde que comenzó la pandemia, oficialmente en marzo del año pasado, Sanidad ha contabilizado más de 76.000 fallecidos y en torno a los 3,3 millones de contagios a nivel nacional.
Hasta febrero de este año se registraron 12.325 accidentes de trabajo por Covid-19 entre el personal de la sanidad, 22 de ellos mortales, según el Ministerio de Trabajo. Sin embargo, Sanidad eleva la cifra de contagios en el mismo periodo a más de 125.691 entre este colectivo.
Esto supone que solo se están reconociendo como accidente laboral por Covid-19 un 10% de los casos en el personal sanitario, el colectivo laboral con mayor cifra de contagios en España desde el inicio de la pandemia.
Después del personal de la Sanidad, según la misma estadística del Ministerio de Trabajo, las actividades económicas en las que se registran accidentes de trabajo son: residencias - llama la atención que solo registran 165 y ningún caso mortal pese a la especial virulencia del virus en este sector; administración pública y defensa - 84 accidentes y ningún fallecido-; y otras actividades -11 accidentes y ningún fallecido-.
CSIF considera que esta falta de reconocimiento de los accidentes laborales por Covid-19 en la estadística del Ministerio de Trabajo se explica por errores en la tramitación de los expedientes y una clara falta de voluntad política por garantizar la protección de estos colectivos, especialmente en la Sanidad, donde los contagios se sitúan desgraciadamente a la cabeza a nivel internacional.
Además, el sindicato denuncia las trabas que se están produciendo por parte de los servicios de prevención de Administración y empresas privadas, así como por parte de la Seguridad Social al reconocimiento de esta contingencia profesional y sus correspondientes prestaciones.
Esta circunstancia, derivada del caos en la gestión de las bajas laborales -se contabilizan como bajas por enfermedad común en vez de accidente de trabajo- generan desprotección y pérdida económica: se dejan de percibir las guardias y la productividad, entre otros conceptos, y se pierde la indemnización por secuelas. De hecho, el colectivo de la Sanidad estuvo en desamparo hasta que el Gobierno reconoció el contagio como accidente laboral y enfermedad profesional tras las presiones de CSIF.
Ante esta situación, la central sindical ha puesto en marcha una campaña para promover el reconocimiento del contagio por Covid, por la que acompañará y asesorará a todas aquellas personas que estén sufriendo las trabas de mutuas, servicios de prevención y de la propia Administración, además de promover las acciones jurídicas necesarias para que se les reconozca el perjuicio sufrido.
Además, el sindicato alerta del impacto psicosocial que ha producido esta situación en los profesionales y de la necesidad de una vigilancia de la salud más exhaustiva, con apoyo psicológico y seguimiento de las secuelas postcovid.
A juicio de CSIF, si algo ha visibilizado la pandemia es que la Prevención de Riesgos Laborales (PRL)sigue siendo una asignatura pendiente para las diferentes administraciones, poniendo de manifiesto las deficiencias que existen en los centros de trabajo -como la falta de equipos de protección individual, escasa previsión y planificación, insuficiente dotación de recursos humanos-, que derivan en accidentes laborales, enfermedades profesionales y desgraciadamente, en fallecimientos.
Retos laborales en plena pandemia
Entre los retos laborales y las graves deficiencias en materia de seguridad y salud en el trabajo en plena pandemia, la central sindical señala el déficit de recursos humanos en los servicios de PRL, tanto de personal sanitario como técnico; accidentes de trabajo y enfermedades profesionales sin tramitar; desprotección de trabajadoras embarazadas; insuficientes equipos y medios de protección; contagio como accidente in itinere sin reconocer; ausencia de evaluaciones de riesgos y medidas; sobrecarga laboral como consecuencia de la temporalidad, jornadas a tiempo parcial y despidos que no se cubren; grave impacto psicológico como consecuencia del coronavirus y la situación laboral (estrés postraumático, ansiedad, insomnio, miedos, depresión, irritabilidad, síndrome del profesional quemado y fatiga pandémica…); y escasa vigilancia de la salud y secuelas de la enfermedad.
El sindicato también denuncia la situación de caos por la vacunación y el desarrollo deficitario, en algunos ámbitos, del teletrabajo sin salvaguardar el derecho a la desconexión digital. Ante esta realidad, CSIF propone desarrollar la resiliencia en las empresas, es decir, un nuevo modelo de relaciones laborales en las organizaciones, administraciones y, en general, en las personas trabajadoras. Se trata de la capacidad de una organización para anticipar, prepararse, responder y adaptarse a situaciones difíciles como esta pandemia.
La central sindical reclama organizaciones resilientes que inviertan en análisis ante la crisis; refuerzo de los servicios de prevención, líderes empáticos, neutrales y ecuánimes, valoración y motivación del personal, flexibilidad laboral, mediación en los conflictos, apoyo psicológico, formación y salud laboral.
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