Provincia de Cádiz

SOS de los trabajadores de Salvamento Marítimo

El Gobierno deja las salvamares andaluzas con solo tres tripulantes porque, dicen, llegan menos inmigrantes. Los empleados avisan que todos asumen más riesgos

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  • Una embarcación de Salvamento Marítimo, durante la maniobra de aproximación a una patera en alta mar. -

El Gobierno asume que, tal y como ha denunciado reiteradamente la Confederación General del Trabajo (CGT), se han retirado los refuerzos en el servicio de Salvamento Marítimo en plena alerta sanitaria. En una reciente respuesta parlamentaria, a preguntas de los senadores del PP Teresa Ruiz-Sillero, José Ignacio Landaluce y Sofía Acedo, el Ejecutivo justifica la decisión. Por un lado, indica que en las embarcaciones de rescate tipo Salvamar, la tripulación de seguridad reflejada en el certificado emitido por la Administración Marítima, la Dirección General de la Marina Mercante del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, es de tres personas (patrón, mecánico y marinero). “La Administración marítima considera que dicha tripulación es la adecuada para la operativa habitual en toda la flota de este tipo de embarcaciones”, explica.

Por otro lado, “la llegada de inmigrantes al sur de España se ha reducido considerablemente”. En concreto, el Gobierno apunta que el número de personas rescatadas en El Estrecho y el mar de Alborán ha pasado de 48.196 en 2018 a 4.777 en 2020; entre enero y febrero de este año, solo se han registrado 500. “En consecuencia, debido a la necesaria racionalización del gasto público y teniendo en cuenta las circunstancias actuales, se ha considerado retomar la tripulación habitual en este periodo de baja actividad”, suprimiendo los refuerzos temporales de una persona por turno, seis en total, dos en la Salvamar Alnitak, de Málaga; un par en la Salvamar Algenib, en Garrucha (Almería); y otros dos en la Salvamar Arcturus, de Tarifa (Cádiz).

Sebastián Sánchez, marinero en esta última embarcación, no oculta su sorpresa cuando lee el documento, que ha recibido por Whatsapp. “En Tarifa llevábamos casi 18 años con cuatro tripulantes”, asegura, pero durante los tres últimos meses se ha tenido que enfrentar en solitario a las actuaciones llevadas a cabo, cargadas de riesgo, tanto para él como para los inmigrantes que abordan.

“Tengo que subir a pulso y en una superficie no estable a todos los ocupantes de una patera”, explica. En el último rescate de nueve subsaharianos que navegaban a bordo de una embarcación de juguete, salió del trance porque el patrón y el mecánico le ayudaron. “Tenía cogida a una persona agarrada de la mano mientras que otra me imploraba con su mirada que le atendiera”, relata. El mar estaba calmado, pero abandonar los puestos es una barbaridad, reconoce. Era, en cualquier caso, lo único que se podía hacer para evitar una tragedia.

“Es una irresponsabilidad no tener los medios preparados”, apunta, por su parte, Manuel Capa, delegado sindical de CGT y marinero en la Guardamar Polimnia, uno de los cuatro barcos de gran tamaño disponibles que también sufren los recortes de personal.

“Los flujos migratorios fluctúan” y, si bien es cierto que desde 2018 los inmigrantes se desplazaron al sur de Marruecos, en la frontera con Mali, Argelia y Mauritania, desde donde parten hacia las Islas Canarias, “podríamos encontrarnos con diez o veinte pateras de golpe en la costa andaluza y no estar preparados”. “Es como si se eliminaran las dotaciones de bomberos en los aeropuertos porque estadísticamente no hay accidentes o suprimir el Ejército porque no hay guerra”, ilustra con un par de ejemplos.

El Gobierno sostiene que, de resultar necesario en un futuro, la tripulación de las salvamares se reforzará de nuevo, pero Capa recuerda que en 2018, en plena crisis de los cayucos, Salvamento Marítimo tardó cinco semanas en contratar personal porque “estaban de vacaciones”.

“No hay excusas”, añade, porque “hay dinero”. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) incluyó una enmienda a los actuales presupuestos para que se mejoraran los recursos humanos. De manera que durante este año las embarcaciones más pequeñas, rápidas y operativas deberían cumplir con el cuarto tripulante de forma estable. Asimismo, la dotación presupuestaria permitiría configurar dos tripulaciones completas más para reforzar las cuatro guardamares, que actualmente no prestan servicio 24 horas.

Es una cuestión de voluntad política que se constata que no existe cuando, al tiempo que estos hombres reclaman que se cumplan con lo acordado en el Congreso, el Gobierno destina 19 millones de euros a dotaciones tecnológicas para Salvamento Marítimo.  

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