La pandemia ha obligado este Viernes Santo en Granada a celebrar la tradicional oración de las cinco llagas en el interior de la Iglesia de San Cecilio en lugar de en el Campo del Príncipe, donde numerosos fieles se ha concentrado no obstante para implorar las tres gracias al Cristo de los Favores.
Allí, junto a la talla de piedra de este Cristo que preside la explanada del Campo del Príncipe, en el histórico barrio del Realejo, ha resonado el toque de un cornetín a las tres de la tarde para marcar la llegada de la hora a la que murió Jesús.
La pandemia ha impedido que este acto espontáneo y centenario que se repite todos los Viernes Santo junto al Cristo de los Favores se haya podido acompañar del paso de la Virgen de la Soledad, que este año no ha procesionado por las calles del barrio.
Por motivos de seguridad, tampoco se ha celebrado allí mismo, como todos los Viernes Santo, el rezo de las cinco llagas, que este año ha vuelto a dirigir el arzobispo de Granada, Javier Martínez, pero desde el interior de la iglesia de San Cecilio y con la única presencia de autoridades civiles, militares y eclesiásticas.
Lo que no ha impedido la pandemia es la concentración espontánea a las tres de la tarde de numerosos fieles junto a la talla de piedra del Cristo, que luce a los pies numerosas ofrendas florales.
Junto a los Favores, otras cuatro cofradías habrían tenido esta tarde estación de penitencia en el Viernes Santo granadino: los Ferroviarios, los Escolapios, el Santo Sepulcro y la Soledad de San Jerónimo, cuyas imágenes no podrán procesionar pero sí ser veneradas en los templos.
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