Uno de los objetivos del sistema educativo español es optar por una inclusión educativa. Como su propio nombre indica, “inclusión” hace referencia a dar las mismas oportunidades a todos los alumnos y alumnas; independientemente de sus condiciones personales, sociales, económicas o de índole cultural. La escuela inclusiva busca una homogeneidad en todo su alumnado.
De hecho, la UNESCO define la educación inclusiva como “el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación”.
Pero, para ello, el sistema educativo de nuestro país debe evolucionar: un cambio que tiene que comenzar en la propia estructura y en el funcionamiento de los centros escolares. Sin olvidar, por supuesto, el uso de nuevas estrategias y metodologías donde se dé respuesta a todo el alumnado, sin excepción alguna.
De ahí que la educación especial se convierta en una pieza clave del tablero de la inclusión en la educación.
Maestros y profesores formados en educación especial
Aunque existen figuras especializadas como la del maestro de pedagogía terapéutica o PT, es importante que todos los docentes dispongan de unos conocimientos base en educación especial.
Y es que es del todo necesario que maestros y profesores sepan cómo trabajar con este tipo de alumnado; evitando actitudes segregadoras por parte de otros alumnos e incluyendo a la familia, entre otras acciones.
Si el sistema aboga por una inclusión total, es de recibo que el alumnado con necesidades educativas especiales -sean por el motivo que sean- se encuentre incluido en el plan de educación nacional.
Por consiguiente, el profesorado busca una formación de calidad en educación especial que complemente sus estudios universitarios. De ahí que el máster online educación de Euroinnova sea una opción que muchos elijan.
Y es que cabe recordar que la educación no es un privilegio, sino un derecho. Un derecho universal para todos y todas.
Educación especial, ejemplo de inclusión educativa
Como todo niño o niña tiene derecho a estar escolarizado, es un deber del centro facilitar su aprendizaje. Si toda la comunidad educativa trabaja al unísono (profesorado, alumnado y familias), el proceso de integración y normalización es mucho más sencillo.
El centro educativo debe estar comprometido con la diversidad y con una atención especializada, en el caso de requerirla.
Recordemos que la educación especial es la educación que busca la equidad con el alumnado que presente necesidades educativas especiales. Es decir, un alumno o alumna que requiere de adaptación curricular, ya sea por: una discapacidad física, dificultad en el aprendizaje, un trastorno grave de conducta, altas capacidades intelectuales o por encontrarse en una situación tardía al sistema educativo, entre otros.
La educación especial elimina o disminuye las barreras del alumnado. Aunque, como se ha advertido anteriormente, este es un trabajo de conjunto: escuelas, docentes, padres y madres y, también, políticas educativas ad hoc.
Tal y como apunta la poeta Mary Oliver: “el aprendizaje no es una competencia, es una puerta que se abre”. Un aprendizaje en educación especial, por parte de los propios docentes. Y una puerta que se abre a un sistema inclusivo, progresista e igualitario. Una puerta que se abre a todo el mundo.
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