La pandemia del coronavirus ha incrementado notablemente el volumen de personas vulnerables atendidas en Andalucía por el movimiento del voluntariado en la comunidad con un aumento del 37 por ciento durante el último año, según el último informe elaborado por la Plataforma Andaluza de Voluntariado.
El estudio pone de relieve también el crecimiento de la actividad del voluntariado pese a las dificultades provocadas por la crisis sanitaria que ha obligado al sector a tener que adaptarse para prestar su atención sin la presencialidad habitual e implantar los protocolos necesarios para seguir ayudando a las personas que más lo necesitan con las debidas medidas de prevención, detalla en un comunicado.
El incremento de las personas atendidas ha llevado a las entidades de voluntariado a abrir nuevas líneas de actuación que no se contemplaban habitualmente, con una atención directa y asistencial que ha puesto a prueba a muchas organizaciones en estos momentos complicados.
El balance sitúa a las familias como la principal destinataria de la atención del voluntariado, seguida del colectivo de infancia, jóvenes y personas con diferentes patologías siendo la a actividad sociasistencial la que más se ha prestado en este año tan difícil para muchas personas, acaparando el 80 por ciento de la labor del voluntariado.
Por el contrario, el voluntariado en el ámbito cultural y deportivo es el que más se ha visto mermado en esta crisis Covid, debido a las restricciones y a la suspensión de numerosas actividades, mientras las labores que más han crecido han sido las relacionadas con la protección civil, seguidas de las de carácter social y sociosanitario.
El estudio ha sido presentado en un acto telemático inaugurado por el secretario general de Políticas Sociales, Voluntariado y Conciliación de la Junta de Andalucía, Daniel Salvatierra y el presidente de la Plataforma Andaluza de Voluntariado (PAV), Armando Rotea, con la asistencia de más de medio centenar de representantes de las entidades de voluntariado de la comunidad.
El máximo responsable de la PAV ha señalado que el aumento de la inquietud solidaria se ha visto frenado por las limitaciones sanitarias que se han ido sucediendo en las distintas olas de la pandemia y ha destacado que las medidas decretadas "han afectado directamente a la forma de hacer voluntariado, generando muchas dificultades pero también mucha imaginación y generosidad a la hora de acercarse a las necesidades".
Rotea ha alertado del "excesivo estrés" sufrido por el personal de estas entidades y "el desgaste emocional" que ha supuesto también la pandemia. Pese a ello, ha resaltado que la acción voluntaria ha proporcionado estabilidad a muchas familias, "ha dado escucha a muchas personas mayores y con discapacidad, sin hogar, en barrios deprimidos y sigue sosteniendo hoy muchas de las incertidumbres que el panorama socioeconómico está planteando en la actualidad".
El informe refleja la gran preocupación de las entidades de voluntariado por el futuro a medio plazo que vislumbran con más sombras que luces, "evidenciando mucho su fragilidad a la hora de afrontar gastos extraordinarios que esta situación les ha obligado a realizar para cuestiones como la adquisición de material de prevención frente al Covid o la adaptación de sus sedes". El estudio se ha realizado a través de numerosas consultas a más de 500 entidades de voluntariado a finales de 2020, junto a las opiniones recogidas en foros en las ocho provincias de Andalucía.
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